Capítulo 6

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Siempre se ha dicho que te puedes apoyar en tu familia pase lo que pase, y para ser exactos esa a sido la mejor decisión que he tomado. El simple hecho de haber pasado la noche con ellos, me ha valido para aclarar las ideas y saber que es lo que voy a hacer ahora mismo.

—Vamos, que te ayudo a llevar las cajas, que tienes mal el hombro.

-Pero mamá, que no es nada, si eso hago más de un viaje, pero no hace falta que me ayudes.

—Te voy a ayudar, Rose.

Y es que he decidido ayudar a la decoración de mi apartamento, y para eso les pido ayuda a mis padres, porque ellos tienen el santo almacén familiar, con fotos nuestras de cualquier edad, con fotos con mis amigos, y con fotos que yo no sabía ni que existían.

La mayoría de las cosas que me llevó son de fotos con mis amigos, ya que las cosas familiares prefiero dejárselas a ellos, y para ayudar en el ambiente, claro, unas cuantas Rosas siempre ayudarán en el apartamento de Rose.

(Pero estas son ROJAS, nada de rosas BLANCAS).

Cuando llegamos a él, mi madre deja la caja en la entrada y me da un beso para despedirse e irse de nuevo a su apartamento con papá.

Yo miro las cajas desde la distancia, y como era de esperar, me llega toda la pereza para ponerme a organizar todo eso, y decido hacer algo más relajante, como darme una ducha.

Me quito el mono y lo dejo en la cesta de la ropa sucia, la cual me tocará llevar después a la lavandería, porque esta llenísima.

Después voy a mi armario y lo abro para coger unos pantalones vaqueros ajustados y rotos, con una camiseta amplia y fina de color gris.

Después me meto al baño y me quedo dentro toda una hora relajandome de lo lindo debajo del chorro del agua.

Cuando salgo me visto y me dispongo a ir al salón para ponerme un ratito a ver la tele, pero mi sofá ya está ocupado por Jeannine y por Adrián.

—Y ¿ustedes dos? —mi mirada se clava en ellos y las palabras salen de mí sin pensarlas—. ¡Pero estáis locos! Podría haber salido en pelotas, ¡gilipollas!

Ellos se giran y sus caras se uedan perfectas para el meme del año.

Después Jeannine se levanta para darme un abrazo, mientras tanto, Adrián me saluda con la cabeza, sin hacer mucho contacto visual, y sigue pasando canales de televisión.

—Lucas nos dejó las llaves de tu apartamento, te estábamos intentando localizar para decirte lo que pasó ayer en el interrogatorio.

Mierda, me había olvidado de Alex y de toda la mierda que esta pasando.

—No hace falta que me lo digan, ya si eso voy yo y le veo.

Adrián levanta la vista de la tele y se levanta para venir a nuestro lado:

—Yo me apunto.

Ambas nos giramos para mirarle

—No le voy a pegar ni voy a hacer cualquiera de esas cosas que sería lógico que hiciera, solamente quiero ir, no hace falta que me acompañes.

—Pero lo voy a hacer, a mi también me apetece verlo y hablar con él.

Le miro a los ojos para intentar saber qué narices está pensando hacer, pero no soy capaz de ver nada a través de ellos.

Y no me queda otro remedio que aceptar que el venga conmigo.

—¿Tu quieres ir? —la pregunto a Jeannine, ya que ella se suele apuntar a todo.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: Cenizas [2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora