Capitulo 2: La peor madre de Nueva York

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Paulina:

Él día que tuve a mi hija en mis brazos algo cambio dentro de mí, me jure a mi misma que nadie le haría daño y que trataría de ser la mejor madre que pudiera tener.

Fracase y lo hice de la manera más vill y despiadada.

Yo fui la primera que le hice daño apenas un mes de nacida.

Tuve depresión antes y despues del embarazo es sólo que mi vida estaba tan mal no tenía ganas de nada, era tan horrible que a veces quería tener a mi hija conmigo pero otras de no verla más.

Lo sé eso sólo lo hace una madre horrible a veces creo que no debí serlo y que mi hija estaría mejor con otra familia pero otras veces pienso que lo mejor que pudo pasar es habermela quedado.

Maldita sea una vez casi le quito la vida a mi propia hija.

En ese momento no sabía lo que hacía no sabía en lo que pensaba sólo sé que intente asfixiar a mi hija con una almohada apenas un mes de nacida, sino hubiera sido por Hanna que llegó a tiempo no se que hubiera pasado.

Estaba sola por primera vez con Michelle pues Hanna era de gran apoyo pero esa vez había salido a unos pendientes como comprar más pañales los cuales se acababan muy rápido, la fórmula de la bebé lo cual era exageradamente caro además de cosas para la casa.

Estaba sola por primera vez con Michelle pues Hanna era de gran apoyo pero esa vez había salido a unos pendientes como comprar más pañales los cuales se acababan muy rápido, la fórmula de la bebé lo cual era exageradamente caro además de cosas par...

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Tenía a mi hija en mis brazos tratando de amamantarla pero es que yo producía muy poca leche así que salía muy poco por lo que Michelle se desesperaba por no saciar su hambre como debía ser.

Hasta para eso era mala madre para producir leche, vaya que era un fracaso.

Estaba comenzando a desesperarme Michelle lloraba enojada todo pulmón y Hanna no había llegado con la fórmula.

Los llantos de mi bebé me estaban volviendo loca no sabía que hacer.

- Ya Michelle por favor toma un poco que algo debe salir, sólo absorbe por favor.

Le dije desesperada pero Michelle sólo lloraba en mis brazos, se estaba poniendo roja del coraje y yo sólo quería que se callara.

La empecé a mecer moviendome sentada en la cama hacía atrás y hacía delante, quería que se calmara pero no funcionaba.

Cállate, cállate, cállate.

Repatia mientras la mecia pero nada parecía funcionar.

Yo no había dormido bien desde que nació pues se la pasaba llorando, vomitando leche y haciendo popo eso estaba haciendo que ninguna de las tres durmiera bien en esta casa.

Hanna era más fuerte ella se paraba en las madrugadas a atenderla mientras yo a veces no tenía ganas ni de pararme.

Jamás pensé que ser madre costará tanto.

Tras Los Pasos de MichelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora