10. Oportunidad

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Ross

Me despierto, con Maddie abrazándome fuerte mientras tiene su cabeza sobre mi pecho, sonrío levemente al verla y acaricio con suavidad su mejilla.

Es tan hermosa como su madre, maldita sea.

Siento la voz de Laura en la cocina y decido levantarme para hablar con ella. Con cuidado me separo de mi hija y me dirijo a la cocina, donde su madre estaba hablando por teléfono mientras preparaba el desayuno.

— Realmente lo siento, cariño, pero Maddie sigue durmiendo y no quiero despertarla. Hoy a la noche tengo una cena con mi jefe, me llevará a comprar las cosas que faltan para el cumpleaños de Maddie. ¿Puedes mañana? — dice, mientras prepara panqueques.

Me siento en un banco de la cocina y la observo, ella se da cuenta de mi presencia y me sonríe. Joder, es preciosa.

— De acuerdo. Nos vemos mañana. Adiós. — se despide y corta la llamada. — ¿Maddie sigue durmiendo?

— Si, ¿siempre duerme tanto?

— No, por lo general a esta hora ya está despierta. Me dieron el día libre en el trabajo, si quieres desayunamos y hablamos sobre Maddie. — me propone y sirve el desayuno.

Rio al ver mis panqueques y café. — Aún lo recuerdas. — observo.

— Por supuesto que si. — responde, sonriendo de lado.

— Escucha... Realmente lo siento. Lo que les he dicho, el dinero que te he ofrecido... Eres una madre increíble y Maddie es asombrosa. Gracias por haber estado para ella y por la vida que le has dado, por haber hecho el papel de madre y padre al mismo tiempo... No tengo palabras para agradecerte ni tampoco me alcanza para expresar lo mierda que me siento por lo que les he hecho. — digo y ella baja la mirada.

— No confío en ti, Ross. ¿Por qué vienes ahora luego de lo que has dicho? ¿Luego de habernos ofrecido dinero para que nos fuéramos?

— Porque cuando ustedes se fueron, me di cuenta de lo solitaria y superficial que era mi vida, no podía dejar de pensar en ustedes... En la oportunidad que me estaba perdiendo. Realmente lo siento.  — miento.

Asiente. — Maddie te necesita... No voy a negarlo ni a ser necia con eso. Todo niño necesita a sus dos padres, aunque pueden vivir sin la presencia de uno, aunque puedan seguir adelante... Necesitan esas dos figuras en su vida. Maddie te adora, siempre lo ha hecho, y no voy a privarla de su padre si tú quieres formar parte de su vida.

— Si, quiero ser su padre.

— Pero habrán reglas. Estás en un período de prueba. No confío en ti, no sé si estas son realmente tus intenciones o si me estás mintiendo. Te daré tres meses para que me demuestres que puedes amarla, que realmente estarás para ella y que no la lastimarás. A la mínima amenaza de que le causarás daño, estás fuera. — me advierte.

— Me parece justo. — acuerdo.

— No me iré a vivir a New York. Nosotras tenemos nuestras vidas aquí y no las vamos a cambiar por ti, no aún.

— Yo vendré los viernes y me marcharé los lunes. Esta semana me quedaré hasta el próximo lunes, quiero formar un vínculo con ella.

— Bien. El domingo es su cumpleaños, puedes venir. — me ofrece y yo sonrío.

— Yo te llevaré a comprar lo que falta para su fiesta de cumpleaños.

— Ya se ha ofrecido James y...

— Yo soy su padre, no James. — la interrumpo y ella suelta un suspiro.

— De acuerdo. Iremos nosotros. — acepta.

Losing YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora