Capítulo 5.

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Mi madre fue la que nos vino a buscar. Cuando bajó del auto fue corriendo hacia Rubén, el cual estaba con una mano en su mejilla aún.

—Amor, ¿qué te pasó? —preguntó mi madre.

—N-nada.. Me he caído del columpio —miró hacia el suelo.

Tal vez haya engañado a mi madre, pero yo sabía que había sido mi culpa, porque Rubén estaba celoso y por lo que me dijo él empezó la pelea con Lucas.

En el camino iba acostado en mis piernas mientras yo le sostenía el hielo que tenía en el rostro.

(...)

Estábamos jugando en en la casa de Rubén cuando su mamá lo llama.
Me asomé al pasillo y noté en su cara las ganas de llorar que tenía.
Me di cuenta por completo al escuchar

"Tenemos que volver. Perdón."

Rubén entró corriendo a su cuarto a abrazarme y a llorar. Yo me quede completamente en shock. No podía formular palabra alguna.

—Perdón, perdón, perdón —sollozó en mi hombro.

—Rubén, no tienes porque...

—Perdón, perdón.. En serio perdón —lloraba cada vez peor—. No quiero irme a España, Emily... No quiero alejarme de tí..

—Tienes que ir.. No puedes quedarte, ¿o sí? —estaba a punto de explotar. Rubén fue el primer mejor amigo que tuve, y verlo partir es algo que no puedo soportar.

El solo apoyó su cabeza en mi hombro, sólo sollozaba. Ninguno de los dos decía nada.

¿Por qué estoy corriendo? ¿Por qué estoy alejádome de él cuando más me necesita?

Cuando me dí cuenta, estaba frente a la puerta de mi casa. Entré y subí las escaleras lo más rápido posible. Cerré la puerta de mi cuarto y comencé a llorar como si no hubiera un mañana. ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora tenías que dejarme? Si estábamos tan bien juntos..

Sentí un peso al lado mío. Mi madre había entrado a mi habitación y ahora estaba sentada junto a mí.

—No llores amor, por favor..

—Mamá.. Voy a extrañarlo demasiado, ¿por qué tiene que ser as... —empecé a llorar peor que antes y mi voz se ahogó.

La persiana de la habitación de Rubén estaba cerrada y ya no volvería a abrirse.

(.....)

—Cariño, es hora de ir al aeropuerto a despedirnos ¿vamos? —me dijo mi madre en un fallido intento por hacerme sentir mejor.

—Ya voy... —respondí tratando de levantarme.

Luego de varios minutos en el auto, llegamos al aeropuerto y vi como ese chico de seis años que era mi mejor amigo miraba hacia todas direcciones, como buscando un objetivo, hasta que lo encontró. Su vista estaba fija en mí.

Bajé del auto y me quedé viéndolo, al igual que él a mí.
Fui corriendo a abrazarlo sin pensarlo dos veces. Él me devolvió el mismo abrazo y nos quedamos así muchos minutos. Ninguno de los dos consideraba la idea de dejar de llorar.

"Atención a todos los pasajeros, el vuelo 578 desde Noruega hacia España despega en 5 minutos, por favor acercarse a las líneas de abordaje con sus boletos en mano."

—Rubén, ese es nuestro vuelo, es hora de irnos —nos interrumpió la madre apunto de llorar por la escena.

—Tengo que irme Emi...

—No me dejes.. por favor... no me dejes —lo abracé fuerte, no quería dejarlo ir. Él me beso en la mejilla.

Ya nada volvería a ser como antes. Absolutamente nada.


el chico de la ventana ≈ rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora