Mierda.
Me quedé unos segundos dada vuelta, pero mi brazo izquierdo lo tenía atrapado en sus manos. No me podía zafar e irme corriendo ya que me estaba cogiendo muy fuerte.
-¿Por qué? -preguntó él. Yo no estaba mirándolo ya que no sabría cómo irme luego.
-¿Qué? -cualquiera que me hubiera escuchado decir eso hubiese pensado que no tengo alma o algo así.
-¿Por qué me abandonas siempre que te encuentro?
-Lo mismo te pregunto a tí.
El silencio inundo la situación, pero el seguía sosteniendo mi brazo.
-Tu pelo -se echó a reír.
-¿Qué ocurre con él? -le interrogué algo mosqueada.
-Está violeta.
-Si no me decías no me daba cuenta -reí sarcásticamente.
-Te eché de menos..
Sentí mis mejillas arder. Le miré a los ojos.. Lo que él estaba esperando que hiciera.
-Tengo que irme -hice que me suelte.
-Espera -me detuvo. Tocó la cadena que colgaba en mi cuello-. ¿Todavía la tienes?
-...Sí. Ahora si me disculpas, me tengo que ir.
-No te vayas..
Comencé a correr como una cobarde de nuevo.
Al llegar al parque me senté en el pasto a esperar a Wendy. Dirigí mi mano hacia mi cuello, tratando de tocar la cadena, pero no estaba.
ESTÁS LEYENDO
el chico de la ventana ≈ rdg
Randomno valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. • cambie muchos aspectos de la vida de ruben.