El plan de la enfermera Kelly fue tal cual me lo dijo. La voluntaria que se acercó, para llevarnos a Lily y a mí hasta el auto, apenas comprobó que nuestras pulseras coincidieran antes de ayudarme a subir en la silla de ruedas y llevarme a la salida, donde me esperaba el taxi. Seth, el conductor, ayudó a poner a Lily en el asiento y luego nos sacó de allí lo más rápido que pudo. Me llevó a casa, y luego de comprobar que mis padres no estuvieran ahí, corrí al interior. Después de empacar algo más de ropa, todos mis documentos importantes y un poco de dinero que guardé en mi escritorio, le di una última mirada a mi habitación de la infancia y me fui.
Seth me llevó rápidamente al banco, donde fui capaz de liquidar toda mi cuenta de ahorros, un poco más de diez mil dólares que fui ahorrando desde que podía recordar. Cada dólar que recibía para mi cumpleaños, como regalo de navidad, y de trabajar cada verano en la heladería local, ahora se encontraban en mi mochila. A Seth se le ocurrió que sería una buena idea llevarme a la estación de autobuses a un par de pueblos de distancia. Ahora que llegué tan lejos, no permitiría que nadie me encontrara, así que subí al primer autobus disponible que salía con rumbo a Savannah, Georgia, y me dije que una vez que llegara allí, podría pasar la noche y decidir a dónde ir después.
Ya he estado viajando por unas cinco horas. Paramos antes en Jacksonville, Florida, durante una hora, dándome el tiempo suficiente para esconderme en un gran cuarto de baño para alimentar a Lily en privado y agarrar algo de comida para mí. Me aterroriza que ella pueda comenzar a llorar y molestar a los otros pasajeros en el autobús, pero el movimiento continuo parece ayudarla a dormir. Cierro los ojos y me pregunto, ¿cómo voy a hacer que funcione? ¿Cómo voy a ser capaz de cuidar de Lily sin ayuda? La verdad detrás de mi situación es desalentadora. ¿Cómo sabré lo que necesita, por qué está llorando, cómo despertarla de un sueño y su horario de alimentación? Cuando se enferme, ¿sabré que hacer y cómo cuidarla? ¿Qué voy a hacer con la guardería cuando encuentre un trabajo? Los pensamientos me abruman, pero trato de no entrar en pánico.
Tengo que mantener la calma por Lily, porque tengo que creer que una vida conmigo es mejor para ella que cualquier vida que podría haber tenido sin mí.
Son un poco más de las diez de la noche, cuando llegamos a Savannah por fin. Levanto a Lily, mis pertenencias y tomo un taxi. Le digo al conductor que nos lleve al hotel más económico de la zona y un poco más tarde, nos deja en una posada en Bay Street. Está demasiado oscuro para explorar el exterior, pero, por lo que puedo notar, es precioso, un lugar que me encantaría volver a visitar algún día. Cuando llego a la recepción, los ojos de la empleada me ven con recelo mientras me comprueba, pero por suerte no me hace ninguna pregunta. Pago por la habitación en efectivo, agarro la llave, y tomo el ascensor. Llego a mi habitación lo más rápido que puedo.No puedo evitar sentirme expuesta cuando estoy afuera, como si por alguna remota casualidad, alguien pudiera reconocerme. Cambio el pañal de Lily y le pongo un pijama rosa de una sola pieza, bajo a la cama y la arrastro conmigo. Me acuesto de costado con ella acurrucada y le ofrezco mi pecho. Kelly me mostró qué hacer la primera noche después de que mis padres se fueron por la tarde. Recuerdo estar asqueada al principio, pero quería ser capaz de alimentarla aunque fuera una sola vez. Ser capaz de darle, aunque sea, una pequeña parte de mí, era importante y se sentía bien. Ahora agradezco haberlo hecho, porque dado mis limitados recursos, amamantarla parece ser la manera más rentable de mantenerla alimentada. No toma mucho tiempo para que me rinda ante el agotamiento, mis ojos comienzan a cerrarse por sí solos y antes de saberlo,
estoy dormida.Deseaba, al menos, visitar algunos de los sitios en Savannah, pero el miedo de ser descubierta o reconocida me mantuvo prisionera en la habitación del hotel. Nos alojamos dos días y luego tomamos el autobús de medianoche a Richmond, Virginia. Nos detuvimos un par de horas del viaje en Carolina del Norte y luego viajamos directamente por el resto de la noche; afortunadamente Lily durmió la mayor parte del camino, pero me senté en la parte trasera del autobús y cuando se despertó para alimentarse, pude cubrirla con una manta y amamantarla en privado. Ayudó que casi todos en el autobús estuvieran dormidos. El hotel en Virginia no es tan agradable como el de Georgia, pero es seguro, limpio y asequible. Me permito pasear por Richmond un poco más de lo que hice en Savannah, pero sin llamar la atención y mantengo la cabeza baja la mayor parte del tiempo.
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Strong |HS|
RomanceElla es mía. Ese fue el primer pensamiento que vino a mi mente cuando tomé a mi bebé en brazos a los diecisiete. No me importaba que mis padres ya hubieran prometido dársela a una familia adinerada. Que me estuvieran forzando a entregarla. Ella...