Capitulo 16

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Afortunadamente Tim se recuperó de su herida de bala y fue dado de alta hace unos días. Incluso Harry y yo lo visitamos en el hospital algunas veces.
Creo que tenía que ver por sí mismo que su compañero estuviera bien. A pesar de que Tim está mejor, Harry sigue un poco apagado. Parece más pensativo que de costumbre, pero espero que a medida que pasen las semanas vuelva a su estado normal.
He buscado trabajo en la última semana y media y todavía no he encontrado nada. Harry me dice que no me estrese por eso y que no le molesta cuidar de nosotras, pero no puedo evitar querer contribuir. No quiero volverme demasiado dependiente de él, porque si no funcionamos, volveré a empezar de cero.
El sábado nos encontramos con Sarah en el supermercado. Nos vio y giró su carrito de compras en un intento de evitarnos.
Sin embargo, Harry tenía otros planes. Fue detrás de ella e intercambiaron algunas palabras. Estoy bastante segura de que fue una discusión acalorada, pero quería evitar toda la escena dramática así que me quedé lejos. Después, discutí con Harry por enfrentarla, pero me dijo que valió la pena y lo haría de nuevo. Terminó bastante rápido porque él es un experto en sacar su encanto cuando lo necesita con el fin de salirse con la suya.
El resto de nuestra semana transcurrió sin incidentes; estoy tratando de no estresarme por no trabajar y en realidad es bueno ser capaz de estar en casa y pasar más tiempo con Lily. Ahora se encuentra mucho más alerta. Está más activa y le sonríe a todos, pero puedo notar que nos prefiere a Harry y a mí.
Comencé a correr como una forma de despejar mi mente, ya que en realidad me ayuda con la angustia. Harry se ofreció a cuidar a Lily mientras me tomo este tiempo para mí, y la única exigencia es que no corra sola por las noches, una solicitud que estoy muy feliz de aceptar minutos. Giro a la derecha, en dirección al parque, pero justo antes de que pueda entrar en una carrera completa, una mano se envuelve alrededor de mi brazo y me obliga a detenerme bruscamente.
Grito cuando soy tirada a la parte trasera de un edificio, y mi cuerpo golpea la pared. Aumenta mi ritmo cardíaco, mi mente me dice que grite, patee, golpee, pelee, pero estoy demasiado sorprendida para hacer cualquier cosa. Me concentro en la cara de mi agresor y mi cuerpo instantáneamente se tensa.
Apenas puedo respirar, pero me las arreglo para murmurar ahogadamente su nombre. —Nick.
—Hola, nena —dice, colocando una mano a cada lado de mi cabeza, y encerrándome efectivamente—. Empezaba a pensar que desapareciste de la faz de la tierra.
Mi piel se eriza ante la sensación de su pecho al tocar el mío. Me encuentro jadeando, y apenas soy capaz de mantenerme de pie por mi cuenta, o de hacer cualquier movimiento para alejarme; me paraliza el miedo intenso por verlo.
¿Cómo supo dónde encontrarme?
—¿Qué haces aquí? —susurro, odiándome por sonar tan débil cuando estoy cerca de él.
—Vine a verte, cariño. —Mueve una de sus manos de la pared y me acaricia por encima de mis pantalones de yoga. Puedo sentir la bilis al subir y lucho por mantenerla abajo—. ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? Podemos volver a mi hotel y reencontrarnos. Una vez más por los viejos tiempos ¿eh?
—¡Suéltame! —grito, alejando su mano de mí.
—Dios, nena, te has vuelto una luchadora desde que te fuiste. Me gusta esta nueva faceta, Mia. Sería grandioso si pones un poco de lucha de vez en cuando.
—¡Vete a la mierda! —grito, cuando la ira empieza a hacerme más audaz—. ¿Cómo me encontraste?
—¿Cómo te encontré? Tus padres me lo dijeron. Están de camino aquí para verte.
—¿Qué? —Exhalo. Siempre supe que eventualmente iban a encontrarme. Solo esperaba que no les importara más, que me dejaran ser y vivir mi vida.
—Estoy aquí para advertirte, Mia. Mantén cerrada esa maldita boquita tuya. Ahora no vayas a volverte honesta con respecto a mí
Levanto la barbilla, desafiante. —¿Por qué mentiría por ti? No tengo nada que perder.
—Oh, ¿crees que no? Nada ha cambiado. Las normas siguen siendo las mismas, pero ahora en lugar de lastimar a tus padres, me centraré en ese noviecito tuyo. Pero primero me aseguraré de decirle todo sobre ti y cómo abriste las piernas para mí.
No puedo detener las lágrimas que empiezan a caer. Harry nunca puede saber lo que me pasó, lo que permití que pasara. —Déjalo fuera de esto.
Me seca una lágrima y acaricia suavemente mi pelo, lo que me hace llorar más. —Los he visto juntos, con tu pequeña mocosa.
—¡No te atrevas a hablar de ella!
—¡Cállate! —grita, agarrando mi cuello—. Tus padres estarán aquí mañana. Traen a su abogado con ellos y van a tratar de hacer que firmes los papeles de adopción.
—No pueden obligarme a hacer nada. Soy adulta.
—Vas a firmar esos papeles y entregar a esa niña si sabes lo que es bueno para ti. Esa mocosa es una conexión entre nosotros que no puede existir. ¿Entiendes? Haz lo debido o lo haré yo —espeta, arrojándome al suelo.
Grito cuándo mi hombro golpea en el concreto, pero hago todo lo posible para recuperarme rápidamente. Para el momento en que levanto la mirada, Nick se ha ido y dejado mi vida camino a la destrucción.
Me levanto del suelo y me apoyo en el edificio frío, tratando de mantener mis emociones bajo control. Tengo que pensar. Tengo que averiguar cuál será mi próximo movimiento y no hay manera de que permita que Logan me vea así.
Mis instintos me dicen que tome a Lily y corra, que simplemente busque otro lugar para vivir, otro estado, pero me mata la idea de dejar atrás a Harry; me causa tanto dolor que no estoy segura de poder sobrevivir. Sin embargo, puede que no tenga opción.
No le puedo pedir que me ayude, no porque no quiera, sino porque no le puedo decir la verdad. Nunca le podré contar sobre mi pasado porque no sería capaz de mirarme de la misma manera. Y si le digo algo, si le cuento lo que pasó, Nick podría hacer algo para lastimarlo. No sería capaz de vivir conmigo misma si eso ocurriera.
Empiezo a caminar de regreso a casa; mis pies sintiéndose más pesados con cada paso que doy. Esta es mi casa, me encanta estar aquí, y me encanta esta ciudad, la casa que comparto con Harry. La pequeña vida que construimos juntos es más de lo que jamás esperé, pero siempre supe que mantener a Lily significaba sacrificar mis propios sueños. Tal vez esta vida con Harry es solo otro sueño que tengo que sacrificar, algo más que debo dejar de lado, porque aunque amo mucho a Harry, me mataría absolutamente perder a Lily.
Mi decisión está tomada para el momento en el que entro por la puerta principal.
—Volviste temprano —dice Harry, mirándome desde el sofá. —Tuve un calambre.
Empieza a levantarse, pero sacudo la cabeza. —¿Estás bien?
—Sí, tomaré una ducha caliente. —Me dirijo arriba y miro alrededor de mi habitación, nuestra habitación. Me duele el corazón, pensar que esta será mi última noche aquí.
Me daré una última noche con Harry y cuando se vaya a trabajar en la mañana, tomaré mis cosas y me iré. Solo espero que me dé el tiempo suficiente para evitar a mis padres, pero aunque no sea así no me importa. Ellos no son los que me preocupan; es Nick quien me asusta, siempre ha sido él.
Me meto en la ducha y dejo que el agua caliente corra sobre mí. Debería doler, pero no es así. De hecho, no siento nada. Todo mi cuerpo está entumecido.
Busco soluciones en mi mente, otras alternativas que no concluyan en alejarme de Harry. ¿Vendría conmigo si le dijera que debo irme? ¿Recogería sus cosas y dejaría todo atrás por mí, para estar con Lily y conmigo? No le puedo pedir que haga eso, tiene una vida aquí, una familia que voy a perder. Una familia a la que he aprendido a amar a pesar de que nunca lo admití, una familia que he llegado a considerar como mía.
No hay final feliz para nosotros, no hay un felices para siempre, no hay otra forma de salir de mi situación. La única opción es tomar a Lily y correr, y seguiré corriendo si tengo que hacerlo. Nunca me daré por vencida, nunca dejaré de luchar por el derecho de tener a mi hija, y algún día, Nick tendrá que dejarme en paz. Tal vez entonces por fin seré capaz de encontrar tranquilidad.
Paso el resto del día con Harry y Lily, dejando a un lado mi tristeza y tratando de hacer memorable esta noche para nosotros. Lo empujo al suelo y nos acostamos allí, jugando con Lily, tratando de hacerla sonreír y reír. Sé que en toda mi vida, nunca voy a olvidar esta noche. Voy a mirar hacia atrás y recordar el momento en el que nos amábamos
Harry ya está en la cama leyendo un libro cuándo llevo a Lily a dormir a su cuna.
—¿Está dormida? —pregunta, mirándome.
Asiento en respuesta y cierro la puerta detrás de mí. Me quedo mirándolo un minuto, admirándolo, porque en este momento, solo por una noche más, él me pertenece y yo le pertenezco. Saber que esto está llegando a su fin hace que me duela el pecho, pero lo empujo a un lado y entro en la habitación. Mantengo mi mirada en él, mientras me bajo los pantalones y bragas y me los quito. Puedo ver el interruptor, el momento exacto en que sus ojos se calientan. Rápidamente se llenan de lujuria, y en respuesta saco mi camiseta por encima de mi cabeza y la lanzo a la creciente pila de ropa en el suelo, mientras deja su libro.
Es gracioso. Todo el tiempo pensé que sería Harry quién rompería mi corazón, cuando en realidad seré yo quien lo haga, pero esta noche necesito que sepa cuánto lo amo. Necesito hacerle sentir que es todo para mí, que si tuviera la oportunidad, pasaría mi vida entera tratando de hacerlo feliz. Necesito hacérselo comprender esta noche para que, cuando se dé cuenta de que me fui, tenga este recuerdo y sepa que no todo fue una mentira.
Me quedo ahí un par de segundos más, dejándolo mirarme completamente desnuda y excitada por él, para él. Queriendo desesperadamente que entienda que es el único con quién podría ser de esta manera.
Me acerco a la cama y tiro de las sábanas que lo cubren. Su dureza se tensa contra sus calzoncillos, haciéndome sonreír. Me subo a la cama y coloco los dedos en la cintura de ellos y los saco con facilidad. Lo agarro en mi mano y aprieto suavemente; su cabeza cae hacia atrás sobre la almohada e inmediatamente amo la oleada de poder que tengo sobre él. Poder para hacer que sienta lo que yo quiero y, ahora mismo, quiero que se sienta amado.
Levanto la vista hacia él. —Nunca he hecho esto. —No tienes que hacerlo.
—Quiero hacerlo.
—Entonces, solo haz que se sienta bien —dice.
Lamo la punta de su cabeza y luego dejo que mi lengua recorra la parte inferior de su eje y luego otra vez, antes de cerrar la boca a su alrededor y tomarlo. Lentamente, muevo la cabeza de arriba a abajo, usando la boca para crear una suave succión
Harry entierra las manos en mi pelo al tiempo que encuentro mi ritmo. Tomo tanto como puedo de él en mi boca y uso mi mano en la base, acariciando arriba y abajo junto con mi boca.
—Oh mierda, Mia —grita, liberando mi pelo y arrastrándome hasta su cuerpo—. No quiero correrme de esa manera.
Le sonrío y luego me inclino hacia la mesita de noche y tomo un condón. Me lo quita, arranca la envoltura, y luego me lo entrega de nuevo.
Lo he visto las suficientes veces cómo para saber hacerlo. Pellizco la punta, luego lo ruedo rápidamente. Lo acaricio un par de veces más antes de finalmente posicionarme encima, a horcajadas sobre él. Bajo poco a poco hasta que no queda nada por tomar. Tiro la cabeza hacia atrás, con la sensación de él al estirarme. Dios, se siente tan bien.
Lo miro de nuevo, memorizando su rostro, grabándolo en mi cerebro y luchando contra las lágrimas que amenazan. —Te amo mucho. Lo sabes ¿verdad? Te amo más de lo que pensé era posible.
Se acerca y acuna mi cara en la palma de sus manos. —También te amo, Mia. Más que a nada.
Alejo sus manos de mi cara y enlazo mis dedos con los suyos, uniendo nuestras manos sobre el colchón y poco a poco comienzo a moverme. Al principio oscilo mis caderas lentamente, saboreando cada minuto de esto, sabiendo que esta será la última vez que lo tenga. Me deja tener el control un poco más de tiempo antes de movernos hasta que estoy sobre mi espalda y él encima de mí.
—Me gusta este lado tuyo, bebé —susurra en mi oído, estremeciendo todo mi cuerpo mientras entra lentamente de nuevo.
Envuelvo los brazos alrededor de su cuello. —Me haces ser así. Me vuelves valiente —digo suavemente, besando el borde de su boca.
Sus suaves embestidas comienzan a ser más apresuradas, más frenéticas. Sé que también siente en el aire el aumento de la química entre nosotros.
—Mía —declara, mirándome a los ojos.
—Sí, tuya —gimo, meciendo las caderas hacia arriba—. Más duro, bebé.
Toma mi boca con la suya, devorándome mientras el ritmo se vuelve más desesperado, construyendo un orgasmo desde lo más profundo de mí.
Me aferro a su espalda, necesitando sentirlo, sosteniéndolo tan cerca como puedo y gritando por la inmensa oleada de sensaciones que me lanzan al borde cuando alcanzo el clímax. Vagamente lo oigo llamándome por mi nombre mientras alcanza su liberación. Continúa empujando dentro y fuera hasta que su orgasmo se diluye; entonces se derrumba a mi lado en la cama.
—Oh mierda, nena —exhala—, eso fue increíble.
—Lo mejor —digo, y lo beso por última vez antes de que se deshaga del condón.
Cierro los ojos y ruedo a mi lado, tratando de bloquear las lágrimas que se acumulan en mis ojos. Vuelve a la cama y se desliza detrás de mí, envolviendo mi cintura con su brazo y acercándome para que mi espalda quede pegada a él. Besa mi cuello y mi mejilla.
—Buenas noches, jefa.
—Buenas noches, bebé. —Adiós, digo en mi mente, tratando de respirar a través del dolor que tiene residencia permanente en mi pecho. Espero hasta que se duerme y luego me alejo cuidadosamente de su agarre. Camino por del pasillo para mirar a Lily, que duerme plácidamente. Me siento en su mecedora, tirando de mis rodillas a mi pecho y me permito llorar en silencio. Lloro por la niña que fui, la chica que me vi obligada a dejar atrás para convertirme en madre. Lloro por Lily, por tener que sacarla de este lugar, de una familia que la ama. Lloro por lo que voy a hacerle a Harry, dejándolo atrás y preguntándose por qué lo hice

Strong |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora