CAP 2

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La biblioteca

La voz silenció luego de escucharme y paso un rato hasta que tuve el valor de abrir la puerta del cubículo, para cuando lo hice, todo volvía a verse normal.

Incluso volví a abrir y cerrar la puerta en tres ocasiones, y en todas el lavado seguía allí, con los insultos escritos con marcador en la esquina del espejo, burlándose de mi cara. Hasta revise y los inodoros habían vuelto, la puerta estaba intacta y el piso que se suponía era blanco, se encontraba bajo mis zapatos.

Recojo mi mochila abandonada en medio de la habitación y me apoyo en el lavado con esta haciendo peso en mis hombros.

Debo encontrar ayuda.

Rebusco en mi mente el número de un psicólogo, algún lugar donde hagan terapias o lavados de cerebro, pero nada.

Vamos, Luke, recuerda los programas que ve tú madre todos los domingos por la noche. Seguro hay un club de lords anónimos o algo así. Siempre hay un club de anónimos.

Suspiro– Maldición.

En eso se me ilumina la mente, como cuando estas buscando una camisa en tu cajón desordenado y luego de una búsqueda despistada la encuentras.

Luka.

Sí, era mi única alternativa. Vamos que, se veía que sabía algo sobre esto. Pero fui un tonto con él en la mañana. No, no me ayudará. Pero vale el intento. Si. Es el único que sabe algo de los Lords.

Salgo del baño y me dirijo al laboratorio, no sabia si él estaría allí, pero es la única pista que tenía. Algo me decía que el chico que conocí está mañana prefería pasar allí los almuerzos, evitando el tumulto de gente que se acopla en el comedor. No lo juzgo, ya somos dos. En mi antiguo instituto Reth y yo pasábamos el rato del almuerzo en las bancas ubicadas al aire libre, a veces el grupo con el que solíamos hablar se nos unía en nuestro intento de conseguir respirar algo que no sean los uniformes sudados del equipo de fútbol y el olor corporal de ciento de personas.

Hago una mueca al recordar lo último y doblo en la siguiente esquina antes de visualizar mi destino.

Me paro al frente de la puerta con un cartel a un costado marcando en mayúsculas la palabra "laboratorio". Desde la estrecha ventana de la puerta puedo ver su silueta. Al parecer su padre aún no daba señales de vida. Tal vez llegaría luego. Después de todo el laboratorio era su lugar de trabajo, bueno, eso me daría tiempo de hablar con Luka.

– No te comportes como un insensible está vez, Luke. – me regaño a mí mismo y resoplo.– Debo dejar de hablar conmigo mismo.

Toco la puerta. Luka levanta su mirada del libro que esta leyendo, no puedo ver el titulo desde donde estoy, pero juro que es Harry Potter, reconocía su pasta a la perfección. Él se acerca a la puerta, pero al ver que soy yo, suelta una risa irónica y voltea los ojos, ve hacia los estantes a su espalda y regresa su mirada otra vez, alzando una ceja.

Yo gesticulo un "por favor" y él al fin bufa rendido y me abre la puerta.

– El chico arrepentido vuelve. ¿Cómo te va? – dice mordaz y me da la espalda con indiferencia, me lo merezco.

– Lo siento, tenias razón. Soy un Lord. – le digo a su espalda y él se da vuelta. Le miró a los ojos y digo con sinceridad.– Lamento mucho como me comporte, entiendo si no quieres ayudarme.

A veces te vas a equivocar, hijo, y eso está bien. Siempre tienes la oportunidad de hacer algo al respecto y aprender sobre tu metida de pata.

EL CHICO DEL TIEMPO #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora