CAP 6

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Dylan, el final
Parte 2/3


Estaba en una especie de parque para niños, al fondo se oían sus estruendosas risas y gritos.

Cuando percaté en alguien más.

Un pequeño Luka con adorables rizos me saludaba desde un extremo al lado de unos columpios, o eso creía, cuando me fijé en que su mirada seguía a alguien a mi espalda. Di media vuelta, curioso. Una mujer le estaba sonriendo y movía su mano de igual forma. Sus ojos eran azules, igual que los de Luka. Era joven, intuía que  no debería tener más de veinticinco o treinta años. Lo que más me llamo la atención fue su cabello ondulado, café claro con destellos rojizos. Ella se nos acerco - al pequeño Luka para ser precisos - sin borrar su sonrisa en ningún momento.

– Mamá...- pronuncia temerosa una voz a mi lado. Y ahí estaba, el Luka que conocía y me provocaba un millón de sentimientos que no podía entender del todo... confundido, sorprendido... Triste. Seguramente, evocando todos los recuerdos que reservaba cuidadosamente para si mismo de su progenitora.

– ¡Má! Hoy hicimos un regalo para el día de las madres, espero que te guste ¡Use tu color favorito! Oh, pero es una sorpresa. No le digas a nadie que te dicho sobre él, ¡me ha ganado la emoción!- hacia gestos conforme hablaba, con tal ilusión que inspiraba un aire de alegría. Lucía adorable, tranquilo. Me entraron ganas de ir a darle un abrazo...– Lo siento, mamá. Arruine tu sorpresa.– concluye avergonzado. Ella lo observa, como las madres observan a sus hijos; con ojos lleno de orgullo y el corazón hinchado de felicidad.

Cariño.- le llama tiernamente, llevando la mano derecha a la mejilla del pequeño, calmada. Cómo si ya hubiese echo eso miles de veces y fuera algo cotidiano, casi esperado, en su rutina.– no has arruinado nada.- entonces cambia el tono de su voz a uno más vibrante y enérgico.– ¿Qué te parece un helado?

– ¿Del sabor que quiera?- pregunta de pronto, maravillado.

– ¡Claro!

Entonces, la mujer se ha puesto de pie por completo para ir a donde sea que tuviesen que caminar ha por un helado.

Al pequeño Luka se le ilumina el rostro y rápidamente sigue su paso para cogerla de la mano.

–Te quiero, mami.- ha dicho, así de fácil, así de espontáneo.

Un sollozo me saca que mi pequeño ensueño.

Fue cuando caí en aquello, había traído conmigo a Luka. De hecho, aún no estaba seguro de cómo habíamos llegado a todo esto. Pero el daño ya estaba echo, lo había destrozado. Nunca me perdonaría.

¡Genial, Luke! Si las cosas estaban raras antes, ahora no querrá estar ni en la misma habitación que tú.

Era un insensible. No podía controlar lo que hacía, si no podía protegerlo de mi mismo, ¿Cómo podría protegerle de alguien más? De Dylan, de todo esto.

Tomo aire. Haz algo.

Lo observo.

Algunas lágrimas corredizas bailaban en sus mejillas, acariciando sus pecas. Y había llevado su mano a su mejilla, en un acto reflejo. Aún se encontraba observando cómo se alejaban. Cómo ella se alejaba. Entonces, he reunido la valentía suficiente para llevar mi mano a la suya, algo miedoso, pero decidido. Su tacto se sentía algo frío y la calidez de mi palma ha chocado con su piel. Él, ha sentido mi tacto, y entonces, sujetó mi mano. Un hormigueo se extendió por todo mi cuerpo, he de admitir que tenía miedo. Pero aún así, termine de cubrirlo con mi otro brazo.

EL CHICO DEL TIEMPO #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora