Cap. 18

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—Todos los iniciados reportarse a su prueba final—, se escuchó la voz lejana de Max por los altavoces.

Ella lo miró casi con terror. Él le dedicó una mirada tranquilizante: —Lo harás bien. Estás lista.

( . . . )

Will ya había pasado y ahora era su turno. Se encontró con Cuatro en su camino a la silla en la que realizaría su prueba.

—Tienes que hacerlo como lo haría un Osado, pero hazlo rápido. Van a estar observándote en las pantallas.

Okay... si lo hago muy rápido me matarán y si lo hago muy lento moriré.

—Exacto. Suerte—, apretó gentilmente su brazo.

( . . . )

Estaba en Cordialidad, vestida con su ropa de Osadía, y los niños que desde pequeños le gritaban cosas estaban alrededor de ella, formando un círculo, dejándola en el centro.

—Oye, rara. Tu mamá no murió. La mataste.

—Cómo crees. Ella se suicidó. Jamás quiso a una hija como ella y no pudo vivir con la vergüenza.

—Seguramente su padre también se matará—, cada vez las voces eran más, y estaba más rodeada de gente, hasta el punto de quedar agachada entre la multitud.

El aire le empezó a faltar. Oh no....

Esto no es real. Hazlo como lo haría un Osado.

No quería que la descubrieran. Siguió los consejos de Cuatro.

Intentó calmar su respiración y regular su pulso justo como Cuatro le había dicho. Entonces el bullicio se dejó de escuchar y ya no estaba rodeada de personas. Estaba en su casa de Cordialidad, aún agachada en el suelo con sus manos cubriendo sus oídos.

—Levántate—, una mano pareció frente a ella. Era grande, tenía varias cicatrices y eran ásperas. Justo como en la primera simulación.

La tomó y se levantó. Vio la cara de uno de los líderes de Osadía, no lo reconoció, la imagen no era clara.

—Llévensela. Que no vea nada—, dijo una voz firme y profunda, sonó el seguro de un arma y luego un disparo.

Miró sobre su hombro, luchando contra el hombre que la obligaba a caminar y a no mirar atrás. Esta vez no regresaría.

No. Ya no quería ver más al cuerpo inerte de su madre. No quería mas pesadillas. Reguló su respiración.

Los osados que la sostenían habían desaparecido, dejando en claro que ya estaba en el siguiente de sus miedos. Empezó a correr sintiendo que la perseguían, sostuvo con sus manos el vestido amarillo de Cordialidad que estaba usando, para evitar tropezar. Pero era largo al igual que sus piernas, éste se enredó haciéndola tropezar y rodar por una colina.

Miró a su alrededor. Estaba en una de las cosechas de Cordialidad, nuevamente usando ropa de Osadía.

Recordándole que sólo era una simulación.

Sintió un cosquilleo en su mano, miró en esa dirección. Una gran araña subía por ella. Y entonces todo su cuerpo estaba cubierto de arañas, estas caminaban sobre ella y se metían entre su ropa. Era desesperante. Tenía miedo. Bastante

Cerró la boca y los ojos. Sabiendo que si la abría alguna entraría en ella. Se calmó lo suficiente para que las arañas desaparecieran.

Al abrirlos ya no habían arañas. Ya no estaba en los campos de Cordialidad, ahora estaba en un salón de clases, y en la mese en frente suyo había una hoja. Un examen. Demonios, le aterraba. Empezó a leer pero no entendía nada, en absoluto. Era uno de sus peores temores, presentar un examen sin saber qué hacer -sin entender nada, no entendía por qué había aparecido de cuarto.

Bad Guy || Tobias Eaton (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora