El nuevo plan del ministro

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Mientras Naraku y Byakuya estaban en la sala de entretenimiento jugando al billar, aparece Incognito para informarles de que cumplieron con su cometido, a pesar de que dejaron una sobreviviente:

-¿Hicieron bien en matar a esos nobles y dejaron una sobrevivientes?-Dijo Naraku incrédulo.

-Bueno, he cometido un error, pero según parece esa hija de los asesinados habrá huido a la aldea más cercana de ese camino-Responde Incognito.

-Debieron matarlos a todos, sin testigos-Dijo Byakuya.

-¡Ya! Si esa sobreviviente sabe de qué mi guardia mató a sus padres, me culparan a mí y significaría mi caída, mi desgracia.

-Bueno señoría, pero algo podremos hacer, tal vez envió a los hermanos Valentine para que vayan escondidos y la maten, y podrían ir vestidos de mosqueteros del rey, así para culparlos a ellos-Dice Incognito.

-Es buena idea, pero tengo algo mejor-Responde Naraku.

-¿Qué se le ocurre?-Pregunta el oficial.

-¿Se acuerdan de Bankotsu y sus mercenarios? Pues ellos se encargaran de arrasar la aldea donde hace poco fue atacada por bandidos, y si la encuentran deberán matarla o cualquier cosa con ella, pero deberán callarla.

-Ahora envío a los hermanos Valentine para que envíen el mensaje-Dice Incognito.

-Bien, y llévenle muchas monedas, los mercenarios trabajan por dinero.

Cumpliendo con la orden de su tuerto capitán, los hermanos Valentine van cabalgando hacia se encuentra Bankotsu para entrevistarlo. Al llegar a una casa fortificada, los guardias le preguntan y los hermanos responden que es por orden del ministro, del cual los dejan entrar.

Al entrar, son recibidos por muchos mercenarios, la mayoría asesinos profesionales, y cuando se encuentran en la sala principal con el condotiero de cabello azulado rodeado de sus oficiales, este les pregunta:

-¿Qué trabajo quieren que haga? El rey ha dejado de contratarnos.

-Es una orden del ministro-Dice Luke.

-¿Cuál orden?

-Arrasar la aldea campesina cercana al arroyo, ahí deben buscar a una muchacha de cabello negro, del cual no pudieron matar, y si quieren, maten y torturen tal como lo hacían en las campañas militares con los civiles-Responde Jan.

Cuando el guardia de cabello rubio entrega la bolsa de dinero en la mesa de la sala, Bankotsu la abre y motivado por su codicia acepta y ahí ordena a todos sus hombres y oficiales para que se pongan en marcha para cumplir con la orden de Naraku.

Ahí mismo, el condotiero se pone su armadura de combate, y seguido de sus oficiales y jinetes, monta en su caballo y junto con sus oficiales y mercenarios, marchan hacia el lugar de ataque.

En el momento de salir, los dos hermanos vendesde el lomo de sus equinos, como la banda de asesinos están a punto decometer atrocidades.

El intrepido mosqueteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora