Una linea de color azul se colo en el lienzo verde, Mizuki paro de golpe al ver aquella "atrocidad", al parecer no había limpado bien su brocha y ahora sus hermosas verdes hojas tenían una linea azul. Suspiro desgana y se levanto por un vaso de agua.
Al llegar a la cocina pudo apreciar a la hermana de su amado lavando unas uvas, le regalo una sonrisa cuando sus miradas se cruzaron.
-Que bueno que viniste a dibujar aquí, tengo tantas cosas de oleo y es un gusto compartirlas.
La castaña sentía un gran afecto hacía la mayor, era realmente linda y amable, nada que ver con el hermano.
-Muchas gracias Yurine nee, tenía tiempo que solo dibujaba en el club por la falta de espacio en mi casa, aparte de que la casa tiene tatami y mi mamá se moriría si derramo una sola gota de pintura.
Las chicas rieron imaginandose la cara de la madre al ver una mancha de pintura en su tatami. Uchimaki había vuelto a la casa y al escuchar risas de la cocina camino hacía allá. Antes de entrar escucho a su hermana decir.
-Así me paso una vez con tinta de caligrafía!
La castaña hizo una expresión de sospresa para luego regalar unas tiernas carcajadas. Subaru decídio no interrumpir para ver a Usami reirse. Se veía tan fresca y picara que imagino que eso le faltaban a sus esposas, más de esa picardia, timidez y ternura propios de ella, se estaba inspirando otra vez de su nueva musa.
Yurine vío a su hermano recargado en la entrada de la puerta con las bolsas del mandado, iba a hablarle hasta que apreció una expresión que nunca había visto antes en el menor, era similar a aquella que hizo cuando trazo por primera vez en un lienzo blanco, sí, ella conocía bien esa emoción.
-U..Uchimaki kun.
El chico entró en la realidad y sintió un estrujon en su pecho al sentír como sus miradas se toparon en aquel momento. Yurine comprendio todo en ese instante.
-H..Hola, ya traje el mandado.
Lo puso en la mesa haciendo que la rubia buscara en las bolsas por el helado que pidió.
-¿Te quedas a comer Usami san?-
Las mejillas de la chica se tornaron rojas al escuchar aquello¡Comerían juntos!, era demasiada emoción en su cabeza y se notaba un poco en su rostro.
-Si no quieres no te...
-¡Si quiero!
Ambos hermanos la miraron con sorpresa por el tono fuerte de su voz haciendo que la castaña se tapara la cara de la verguenza y repitiera en un tono más bajo.
-....si quiero.
Sonrieron ante esa tierna imagen y el chico se acercó para poner sobre su cabeza en muestra de afecto.
-Perfecto-
Dijo dando palmadas su coronilla haciendola sentír más avergonzada, pero felíz.
-Bueno dejen de coquetear y ayudenme con la comida.
Ambos se alejaron de golpe y fueron a cocinar avergonzados, la palabra "coquetear" retumbaba en sus cabezas. La imagen de los dos cocinando era demasiado divertida y empalagosa para Yurine.
Comieron una deliciosa sopa de miso y al terminar Usami pidió permiso para retirarse a seguir con su obra, al abandorar la cocina Uchimaki se apresuro en terminar de comer para seguirla.
-Espera Subaru.
Agarró su brazo la mayor al ver que este se iba con prisa hacía Usami.
-¿Te gusta Mizuki chan?
La respuesta tardo en llegar, primero su expresión quedo congelada por unos segundos para despues cambiar a una de sorpresa y terminar con una algo nerviosa.
-¿Q..Que cosas dices Nee san?
Se safó del agarre, pero la hermana le tendió su plato, no lo había lavado. Mientras lavaban los trastes Intento desviar el tema, pero no hubo éxito.
-a mí me gustan las chicas 2D, Usami san no me gusta para nada.
Dijo mientras tallaba con rapidez su plato. La hermana sonrió porque se le había ocurrido una pequeña travesura
-¿Que necesitas Mizuki chan?-
Al escuchar aquel nombre el chico volteo con rapidez asustado ¿Habra escuchado lo que dijo?
No había nadie, miro detenidamente al alrededor y nada. No entendió hasta que se topo con la mirada victoriosa de su hermana, había caído en su trampa.
-Heeee....¿porque tan asustado hermanito?, ¿preocupado de que ella escuchara?, ¿porque?, no deberías preocuparte de lo que ella piense pues no te gusta ¿verdad?
Todo esto lo decía mientras le picaba la mejilla. Normalmente ella era una chica tranquila, pero era difícil no querer molestarlo. El hermano rompió el plato de tanto fregarlo frustrnadolo más, se había cuenta que todo ese comportamiento torpe era culpa de la castaña. Por su culpa ahora se encontraba en ese vergonzosa situación, por su culpa quebró un plato, fue molestado por su hermana y por su culpa no puede estar ni 5 minutos tranquilo antes de que entre a su cabeza y le regale muchas de sus torpes sonrisas que tanto le gustaban.
-Bueno, bueno, tienes razón, ¿contenta?
Dijo mientras tiraba el plato al bote y la miraba cansado. Yurine no cabía en su sorpresa, sonrió aun más triunfante.
-¿De que tengo razón Subaru?
Lo estaba disfrutando, siempre pensó que Mizuki era la unica que podría mover el corazón de su friki hermano y al parecer tenía razón.
-De que tal vez si me gusta.....Usami san.
Sin escuchar alguna respuesta por parte de la rubia, el chico salió de la cocina actuando como si no hubiera dicho nada importante, pero esa fachada se callo cuando al girar se topo con aquellos ojos que lo himnotizaban.
-¿U..Usami san?-
La chica bajo su mirada mientras sus orejas enrojecían, no creía haber escuchado bien, no tenía sentido. El silencio duro hasta que la castaña subio la mirada de nuevo determinada.
-Hoo así que te gusta de nuevo, Usami san.
El chico no captó hasta que recordó aquella chica de anime con el mismo nombre. Era su oportunidad perfecta para escapar de aquella accidental confesión.
-Haa.....sí, me gusta Usami san.
Dijo con una seriedad que por un momento la chica sintió que se lo decía a ella, sus orejas se volvieron a tornar rojas.
-H..Hoo, así que es eso.
Giró sobre sus talones nerviosa y entro al estudio, al instante en que cerró la puerta Subaru miró con odio a su hermana.
-Hahahahahaha, hubieras visto tu cara.
El chico se abalanzó encima para jalar sus mejillas, pero la chica fue más rapida y lo esquivo mientras salía de la cocina.
-¿Quíen es mi lindo hermano enamorado?
Subaru suspiró, no podía ganarle a Yurine.
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Mirame
Fanfictionlas emociones de Uchimaki dieron un vuelco cuando por primera vez sus emociones saltaron del lienzo a los penetrantes ojos de una tierna chica, chica que conocía muy bien.