Shhh...It's a secret...❞ |Rusmex.

C i n c o

Una tranquila y cálida noche abrazaba las frías calles de una ciudad en Argentina. La luna hizo presencia iluminando aquella noche oscura con los rayos de su encantadora luz blanquecina que esta aparentaba proporcionar, resaltando así entre las múltiples estrellas que la rodeaban.

Mentiría si dijera que todo en aquella ciudad era paz, ya que varios países se hallaban en una pequeña celebración sin motivo aparente. Entre ellos, un mexicano, quién alegremente bailaba y daba pequeños saltos sobre una de las mesas al aire libre del lugar mientras cantaba a todo pulmón una canción que el conocía a la perfección y con su mano derecha sostenía con fuerza una botella de Tequila, claramente ya estaba bajo los efectos del alcohol.

El resto de los países le miraban divertidos, algunos de los países latinoamericanos se encontraban a su alrededor riendo y apoyando a que continuara con lo que hacía, dándole sólo más cuerda a México.

Mientras tanto, en una de las habitaciones del lugar, se encontraba un ruso recostado en la cómoda cama del cuarto, manteniendo su cabeza bajo la almohada y cubriendo sus oídos con las manos con la intención de que el ruido proveniente de afuera dejara de escucharse o por lo menos disminuyera.

Molesto por su fracaso, procedió a levantarse de la cama totalmente irritado, ya que el sonido de los gritos y la música le habían evitado conciliar el sueño. Este salió al balcón de la habitación dispuesto a gritar a sus compañeros que le bajasen un poco al volumen de la música, sin embargo, al ver la escena que el mexicano estaba montando solamente causó que soltara una risa y se le quedara viendo, olvidando así la razón por la que salió en primer lugar.

—¡A bailar, a cantar el Mono de Alambre! ¡El que no lo baile, el que no lo baile...! ¡QUE CHINGUE SU MADRE! —Cantaba México mientras bailaba y abrazaba su botella de tequila.

Todos se reían ante esto y a manera de broma Argentina, Chile, Perú y Venezuela sacudieron la mesa en la que yacía el mexicano causando que este cayera al suelo y se golpeara la cabeza, Rusia admiraba la escena sorprendido mientras reía de igual manera.

—¡Ay! ¡Orale! ¡¿Quién me chingó la mesa?! —Preguntó molesto el tricolor mientras se sobaba y miraba a su alrededor en busca del culpable, ni siquiera se dio cuenta de quienes lo tiraron— ¡Cuidado weyes que alguien anda empujando gente!

El eslavo observó fijamente a México, quien tras unos segundos sintió su mirada y de igual manera se le quedó viendo.

—¡¿Tú qué wey?! ¡¿Qué me vez?! —Le gritó el Mexicano causando que todos miraran a donde Rusia se encontraba, haciéndolo sentir un tanto incómodo—Estoy bien guapo ¿Verdad? —Cuestionó guiñandole el ojo y mandándole un beso, el de Ushanka negó con la cabeza mientras reía, ya que no podía dormir quizá podía ir a divertirse un poco.

Y así lo hizo, se cambió rápidamente y salió de su habitación para después unirse a la fiesta.

—¡A huevo! ¡Ya llegó el Tripalovsky! —Exclamó el mexicano anunciando su llegada— ¡Vente pa'ca cabrón! —Dijo mientras le daba una botella de Vodka.
—Спасибо...[Gracias] —Agradeció para posteriormente comenzar a tomar la primera de varias botellas en esa noche.

[...]

Las horas siguieron pasando, varios países se retiraron, otros más se quedaron dormidos donde estaban y algunos fueron noqueados por la cantidad de alcohol que introdujeron en sus cuerpos, solo había dos países aún despiertos a esas horas; Rusia y México.

Estos se hallaban tirados en el piso, el mexicano recargaba su cabeza en el torso del más alto mientras le contaba una historia a su acompañante.

—Si wey... -hip-...luego se me quedó viendo re culero... -hip-...al chile si me culiee... -hip- ...pero me agarré el huevo izquierdo... -hip-...y también me le quedé viendo...-hip-...le dije que me valía puritita verga... —Exclamó orgulloso el de emblema de águila finalizando de contar su historia.

Debido al alcohol y a que el latino ya se encontraba muy borracho y no pronunciaba bien las palabras, el eslavo no logró comprender nada de lo que había dicho con anterioridad el más bajo, sin embargo, le causaba gracia la manera en la que el norteamericano lo narraba.

—Уфф, иди что-нибудь более интенсивное... [Uff, vaya cosa más intensa...] —Respondió el Ruso.
—Al chile no sé qué hayas dicho, pero la tuya por si acaso —Rió—Nah, no es cierto wey...sabes que te amo...

El de Ushanka volvió a reír, pronto escuchó como el mexicano comenzaba a llorar, dirigiéndole una triste mirada al más alto, sus ojos cristalizados sólo lograron confundir al ruso ¿Le había hecho algo?

—Mexico... ¿Qué pasa? —Cuestionó un tanto preocupado.
—Nada wey, solo que...—Se limpió las lágrimas— ¡Estoy muy feliz! -hip- ¡Pinche Tripalovsky me caes re bien! —Dijo abrazando al más alto.

Ok, parecía que sí se había pasado al beber, y mucho, eso ya se estaba volviendo algo incómodo, ni siquiera se conocían bien y él ya andaba diciendo esas estupideces. La potencia solo lo apartó.

—¡Bueno! ¡Si no quieres no, chinga! —se quejó el mexicano apartándose para volver a acomodarse sobre el torso del contrario, dejándolo atrapado nuevamente—¡Hasta mañana! Bueno...hasta al rato...—Exclamó finalmente para acurrucarse y dormirse casi al instante, dejando escapar algunos ronquidos.

Eso sorprendió al euroasiático ¿En serio se había dormido tan rápido ahí, en el suelo, dejándolo sin salida bajo él? Trató de quitárselo de encima, pero todo fue inútil, parecía que ahí iba a pasar la noche.

—Тьфу, пока какое-то время мексика...[Ugh, hasta al rato México...] —Susurró molesto en un bostezo, por lo menos le había ayudado a cansarse para poder dormir.

Quizá ese era el inicio de una bonita amistad...

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Aclaraciones:

•La expresión de "me agarré el huevo izquierdo" se utiliza acá en México para indicar que te armaste de valor para hacer algo, no vayan a pensar que literalmente se lo agarró ahí xd.

•Este capítulo no se desarrolla un día después del capítulo anterior, pudieron haber sido días o semanas, como dije antes, algunos capítulos no serán directamente continuos.

Creo que eso es todo, ¡Hasta luego!

-Bad.