-Ya sin rodeos weón...¿Qué te traes con el ruso?
México y Rusia, dos países bastante reconocidos en todo el mundo, dos naciones totalmente diferentes ante cualquiera al que se le preguntara, y sin embargo, dos amigos que sienten algo el uno por el o...
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—Entonces...¿Qué dices Mexique? —Preguntó Canadá en un tono dulce, viéndole directamente con una sonrisa y un leve brillo de esperanza en sus ojos para después tomar su mano con delicadeza.
El mexicano apartó la mirada ante el tacto, bajó la vista para detenerse a pensar un poco en todo eso, no sabía cómo reaccionar ni que decir en lo absoluto, estaba totalmente en blanco.
Algunas semanas habían pasado, varias, a decir verdad. Y a pesar de reconocer que poco a poco su dolor por su más reciente ruptura iba disminuyendo, aún seguía ahí, provocándole sufrimiento en los momentos más repentinos e inesperados. Es por eso que ahora mismo una ola de pensamientos inundó su mente, una ola que le hacía dudar si aceptar o no.
Y es que todo eso aun le sorprendía un poco, aún le costaba creer que Canadá, uno de sus amigos desde la infancia se le hubiera declarado a pesar de las circunstancias y que aún ahora hubiera vuelto con él a hablar sobre eso.
Él lo quería, oh sí, vaya que lo quería, pero a pesar de quererlo no iba más allá de un amor fuera de la amistad. Podría tratar, si, pero él muy bien sabía que aún no estaba en condiciones de hacerlo, su corazón estaba muy dañado todavía como para entablar algo con alguien de nuevo, pero...tampoco quería lastimar al canadiense.
"Tal vez deberías preocuparte un poco más por ti"
Recordó una frase que en alguna ocasión el estadounidense le había dicho y que quizá tenía razón, normalmente solía pensar en el bienestar de sus amigos antes que en el de él y eso en ocasiones le provocaba problemas consigo mismo, es por eso que sabía que si aceptaba seguramente no lo disfrutaría de verdad, sería solo otra mentira que causaría dolor en el futuro.
Y vaya que ya estaba harto de las mentiras.
Además...¿Qué dirían los demás al ver que después de semanas de terminar su relación ya tenía otra? ¿Qué pensaría Rusia de él? ¿Qué todo lo que pasaron fue un juego? No, no quería que fuera así, él lo había pasado de lo mejor junto al eslavo y no quería que le pasaran esas ideas por la mente...
Por una vez...por una sola vez preocúpate por lo que tu sientes.
Y le doliera o no, él sabía que su corazón aún le pertenecía al ruso...
Suspiró.
Alzó la vista decidido, miró al country que se encontraba sentado junto a él y que aún le veía esperando su respuesta.
—Can...perdóname porfi pero...no puedo...—Soltó por lo bajo, tan bajo que casi pudo escuchar como el corazón del canadiense se rompía en mil pedazos.
El aire le hizo falta en ese momento, bendito sea Dios que estaba sentado por que pudo sentir como las piernas se le aguadaron al instante, a pesar de todo mantuvo su sonrisa, aunque esta ahora solo reflejaba una profunda tristeza.
