E p í l o g o

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Suaves, dulces, cálidas y significativas

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Suaves, dulces, cálidas y significativas. Así eran las caricias que le brindaba el eslavo.

Sus cuerpos se hallaban unidos en un amoroso abrazo, haciendo nada más que contemplar el hermoso atardecer frente a sus ojos y admirando los distintos y brillantes tonos amarillos y anaranjados que pintaban todo el cielo y que les iluminaban con la cálida luz que los últimos rayos del sol desprenderían por ese día. 

México mantenía su cabeza recargada en el hombro del otro y a su vez la cabeza contraria se apoyaba en la suya, ambos podían sentir con claridad como sus corazones latían a un ritmo tranquilo y sonoro, así como también el latino podía sentir como parte de su frente era cubierta por una de las orejeras de la ushanka que siempre portaba el amor de su vida; su esposo.

Oh si, hasta donde ustedes conocen tuvieron que pasar algunos años para que el ruso finalmente se decidiera a dar el siguiente paso, algo que México ya había estado esperando desde un poco antes pero no le importó del todo pues no quería presionar. Si tenía que esperar una vida, entonces esperaría.

Había sido curioso, ese día aparentaba ser uno normal y no muy distinto de los demás. Se encontraban en Rusia, pues el representante de ese country había decidido llevar a México con él para mostrarle un poco de su país tal y como el otro lo había hecho antes. Ambos habían cenado en un restaurante muy elegante que el menor había reservado con mucha anticipación, pues inclusive había pagado una buena cantidad de dinero para que ellos dos pudieran estar solos y nadie más que los meseros pudieran interrumpirles.

Después de eso fueron a caminar por una plaza muy hermosa e iluminada, donde a pesar de ser de noche podían admirar todo con claridad y disfrutar del ambiente presente alrededor. México había notado que el otro había estado un poco más cariñoso de lo normal, sin embargo, no le desagradó en lo más mínimo.

Entendió el porqué de eso cuando vio a su pareja incarse frente a él mostrándole un anillo y una sonrisa nerviosa acompañada de un fuerte sonrojo, casi se desmaya en ese momento, jamás olvidará aquella frase que pronunció el eslavo.

—Vamos, déjame calentar tus frías noches de invierno, contemos estrellas juntos a la luz de la luna, demos un paseo por el frío ambiente y permíteme ser yo el afortunado de estar a tu lado...Мексика...¿Me darías la oportunidad de ser aquél con quien pases y ames el resto de tu vida?

No pudo contener el llanto y se abalanzó a los brazos del otro para darle un cálido beso, obviamente aceptó, nunca esperó que aquella noche recibiría la mejor propuesta de su vida, estaba más que fascinado, todo era tan perfecto, casi como un sueño, y sin embargo estaba agradecido de que no lo fuera.

Los demás lo tomaron bastante bien, todos los países y amigos les habían felicitado por el compromiso, inclusive sus hijos, y algo que les sorprendió a ambos fue que hablando específicamente de sus capitales estos se llevaban muy bien, mucho mejor de lo que habrían llegado a pensar, pero en fin eso era algo bueno ¿No? 

Shhh...It's a secret...❞ |Rusmex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora