-Ya sin rodeos weón...¿Qué te traes con el ruso?
México y Rusia, dos países bastante reconocidos en todo el mundo, dos naciones totalmente diferentes ante cualquiera al que se le preguntara, y sin embargo, dos amigos que sienten algo el uno por el o...
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De manera inmediata Chile posó su vista en México un poco alarmado por lo que acababa de oír, y al ver que su amigo se ahogaba corrió a auxiliarle dándole un par de golpes en la espalda. Sin embargo a los demás poco pareció importarles esto.
—¡¿Rusia?! —Cuestionaron los countrys en un tono alto mirando al colombiano totalmente asombrados, no sé hizo esperar que este último los callara a todos indicándoles que bajaran la voz.
—Que si...
—Che, ni siquiera sabía que te importara su existencia...—Habló Argentina despreocupado—¿Ya han hablado por lo menos?
Colombia sacudió la cabeza—Pues...como tal no, solo de vez en cuando nos saludamos en las juntas...¡Pero es por eso que les digo! Quiero que me ayuden maricas...
Todos aceptaron de manera inmediata y comenzaron a hablar emocionados al mismo tiempo, no se entendía ni una palabra de lo que decían pero eso no importaba ahora, Colombia solo les veía avergonzado con un leve sonrojo y una pequeña sonrisa. Dos países eran los únicos que no decían nada pero pasaron desapercibidos.
México sólo se removió incómodo en su asiento y se dignó a dar otro trago a su botella, Chile le imitó.
—¿No vaí a decir na? —Le susurró el de parche a su amigo, quien solamente negó suavemente.
—No...
Ambos decidieron guardar silencio y seguir prestando atención a la plática de los demás, donde se mencionaban sugerencias de conquista que México estaba seguro que no serían del agrado del ruso, o bien, que simplemente no funcionarían, aún así no dijo nada. También de vez en cuando se hacían múltiples bromas en relación al asunto, por lo que el de emblema de águila sólo se limitaba a soltar pequeñas risas falsas para no hacer notoria su molestia.
No estaba preocupado en lo absoluto por que Rusia le dejara, no, pero debía admitir que le molestaba al menos un poco todo aquello.
Al cabo de un rato esa pequeña reunión se vio concluida, por lo que los presentes se retiraron sin más. Mientras tanto, la mente de México era un completo caos...
¿Colombia y Rusia? ¿Desde cuándo Colombia se interesaba por el Tripalosky? ¿Será pasajero? ¿Realmente le gustará? ¿Qué debía hacer ahora? ¿Debía revelar su relación? ¿Tenía que contarle a Rusia? ¿Debía esperar? Vale verga, vale verga, vale verga.
—Weón...—Pronunció Chile sacándolo de sus pensamientos al ver que se mantenía callado mirando el suelo y hasta quizás temblando un poco.
—¡No mames! ¿Ahora que chingados se supone que haga? —Exclamó cubriendo su rostro con ambas manos.
—No sé ni qué decir, seguro nadie se esperaba eso.
El mexicano soltó algunos pequeños gruñidos tratando de pensar en algo, pero todo eso le estaba dando un fuerte dolor de cabeza.
