-Ya sin rodeos weón...¿Qué te traes con el ruso?
México y Rusia, dos países bastante reconocidos en todo el mundo, dos naciones totalmente diferentes ante cualquiera al que se le preguntara, y sin embargo, dos amigos que sienten algo el uno por el o...
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El atardecer por fin llegó, iluminando el cielo con aquéllos colores de tonalidades anaranjadas y rojizas acompañados de pequeñas nubes que formaban curiosas figuras como si de una obra de arte se tratara, casi se podían percibir las diversas pinceladas que le habían dado para retocarla y finalmente presentarla frente a un público en una reconocida galería de arte.
Pronto aquellos colores tan alegres e iluminativos se vieron sustituidos por unos más oscuros y fríos, dando así paso a una próspera noche en esa tan linda ciudad de Nueva York, la cual ahora solo era alumbrada por la cálida luz de luna y las múltiples luces de las recamaras de los distintos edificios que la conformaban.
Al caer el anochecer el restaurante de uno de los más lujosos hoteles de la ciudad abrió sus puertas para que los countrys hospedados en este pudieran ingresar a cenar, después de todo, la comodidad de estos era su principal prioridad.
Los países no tardaron en llegar después de esto, se adentraron en el lugar y tomaron asiento en las diversas mesas elegantes de su alrededor junto a sus amigos o bien, con los que mejor se llevaban.
Mientras tanto, un chico euroasiático salió de su alcoba y cerró la puerta un tanto nervioso, este soltó un suspiro pesado y miró hacia abajo aún no totalmente convencido de lo que haría más adelante. Comenzó a caminar a través del pasillo, estaba solo, sus pasos eran los únicos que resonaban dándole a Rusia una sensación extraña que no sabía cómo describir.
Entró al ascensor y bajó hasta el piso en el que el restaurante se encontraba, tan pronto como salió de este pudo notar que la mayoría de sus compañeros yacían ahí, por lo que rápidamente buscó a uno en específico con la mirada, sin embargo, no había rastro de él, por lo que siguió caminando rumbo a la entrada del lugar hasta que fue detenido por una mano.
—Russia...—Le llamó una voz, haciendo que el nombrado volteara, llevándose una pequeña sorpresa.
—USA... —Pronunció un tanto incómodo— What happens?
—I want to talk to you [Quiero hablar contigo] —Mencionó serio, colocando una mano sobre su cadera y mirando hacia abajo durante un segundo mientras con su otra mano presionaba ligeramente el espacio entre sus ojos.
Rusia suspiró.
—And of what? I mean, I don't see something we could talk about right now [¿Y de qué? Digo, no veo algo de lo que pudiéramos hablar ahora mismo.] —Espetó haciendo notoria su molestia, colocando ambas manos sobre su cadera y sonriendo forzadamente, esperando una respuesta que valiera la pena.
—Look, I know this didn't end very well, bu- [Mira, sé que esto no terminó muy bien pe-]
—Pff, do you think? [Pff, ¿Tú crees?] —Interrumpió el Ruso con una sonrisa formada por una mezcla de burla y obviedad, el contrario le miró molesto ante su interrupción, pero decidió no protestar ante esto y siguió hablando.
