-Ya sin rodeos weón...¿Qué te traes con el ruso?
México y Rusia, dos países bastante reconocidos en todo el mundo, dos naciones totalmente diferentes ante cualquiera al que se le preguntara, y sin embargo, dos amigos que sienten algo el uno por el o...
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—Thanks —Agradeció el mexicano dedicándole una amigable sonrisa al mesero y recibiendo una taza de café en sus manos.
Esta fue colocada lentamente sobre la superficie de la mesa cuidando de no derramar ninguna gota, una vez hecho esto, México acercó con delicadeza su rostro y sopló con suavidad para que el líquido se enfriara un poco y pudiera beberlo sin problemas, no quería que se repitiera lo de meses atrás, y menos en aquella situación, no quería quedar como un pendejo frente a aquel país europeo, trataba de comportarse lo mejor que pudiese, aunque a decir verdad, esto último le resultaba un tanto difícil ya que cierto país euroasiático le molestaba disimuladamente.
—Y dime México, ¿Cómo has estado? —Cuestionó el inglés mientras daba un pequeño sorbo a su taza con té—Ha pasado un tiempo desde que nos reunimos por última vez.
—Ps aquí como siempre, con discusiones con el gringo y eso...pero bien—Respondió con rapidez, Rusia, quien se encontraba junto a él le dio un pequeño golpecito en la pierna, haciendole recordar que hablaba con Reino Unido, el padre de USA. México abrió los ojos de golpe al sentir como apenas habían llegado y ya la había cagado—Puta madre...perdón, la neta se me salió...—Completo totalmente apenado.
UK rió nasalmente, dejando mostrar una pequeña sonrisa en su rostro.
—No te disculpes, estoy consiente que USA puede llegar a ser molesto aveces, Canadá y él son totalmente diferentes...
—Vaya que sí...
—¿Y qué me dices tú Russia? ¿Cómo has estado?
—Bastante bien a decir verdad —Dijo colocando debajo de la mesa su mano sobre la rodilla de México, quién al sentir el contacto bajó su mano y la puso sobre la del menor. El eslavo sonrió para sus adentros y de manera discreta movió su mano de forma en que ambos entrelazaran sus dedos, uniéndose en un cálido agarre del cual ambos eran parte.
—Oh ¿Y a qué se debe? ¿Alguna persona en especial?
México no pudo evitar agachar levemente la mirada y dibujar una muy pequeña sonrisa en su rostro, una sonrisa que por suerte el de enfrente no notó.
—Hmm...quizá.
—Oh, ya veo...¿Y es lindo? —Preguntó con interés en su voz.
—Mucho. —Dijo haciendo presión en su agarre.
—¡Good! Me alegro por ti, espero que ahora si se logre...
Rusia no hizo más que una mueca risueña y bebió un poco más del té de manzanilla que tenía enfrente.
—¿Qué hay de ti Mexico? ¿No tienes a alguien especial?
—Hmm...—El latino lo pensó un poco, no quería levantar sospecha alguna—No, no realmente —Respondió cortando la unión que el soviético y él tenían, subiendo su mano y dejándola nuevamente a la vista de Reino Unido. El de ushanka se desconcertó un poco ante esto, sin embargo, su mano no se movió de lugar y permaneció donde un inicio; sobre la rodilla del norteamericano.
