-Ya sin rodeos weón...¿Qué te traes con el ruso?
México y Rusia, dos países bastante reconocidos en todo el mundo, dos naciones totalmente diferentes ante cualquiera al que se le preguntara, y sin embargo, dos amigos que sienten algo el uno por el o...
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El mexicano se tensó ante aquella pregunta, sintió una fuerte sensación en su estómago la cual se expandió por todo su cuerpo haciéndole temblar ligeramente, sin embargo, trató de mantenerse tranquilo y relajarse, algo que realmente le resultaba muy difícil en aquellos casos.
—Pss...¿Cómo que qué me traigo wey? —Preguntó fingiendo no entender a lo que se refería, Chile suspiró pesadamente.
—¡No te hagaí el weón! ¡Sabeí de lo que hablo!
—No, no sé...—Espetó con desdicha el mexicano—Así que si me disculpas voy a ir a chutarme los capítulos de "Teresa", con permiso —Dijo caminando firmemente hacia la puerta, sin embargo, cuando estuvo a punto de girar la perilla el chileno le jaló hacia atrás alejándole de esta.
El norteamericano soltó un grito ahogado y perdió el equilibrio ante la acción de su amigo, por suerte cayó sobre la cama, aunque su cabeza se azotó contra esta produciendole un leve mareo, Chile aprovechó esto para subirse sobre él y con sus manos sujetar fuertemente las contrarias para evitar que México pudiera escapar.
El de emblema de águila se retorcía bajo el otro mientras este le sujetaba con fuerza y le miraba de manera molesta, ambos estaban conscientes de que el mexicano podría liberarse de aquél agarre si se lo proponía, por lo que el de parche se mantenía atento a cualquier movimiento por parte del otro.
—Ora, ora, ora ¡¿Qué te pasa cabrón?!
—Otra vez...¿Qué-se-traen? —Remarcó con firmeza y seriedad en su voz con un tono que México debía admitir que le daba cierto escalofrío, no estaba acostumbrado a verle así.
—Que te importa wey...
El suramericano entrecerró sus ojos al escuchar la respuesta del de abajo, soltó un leve gruñido y bruscamente se apartó del mexicano para después levantarse y con una mano frotar su sien. El otro se sentó sobre la cama viéndole en silencio, esperando alguna acción por parte del más bajo.
—Wey...¿Tas' bien?
—¿Por qué no me decí? ¿No me tení confianza? —Preguntó el chico con cierta tristeza y decepción, el otro sintió una punzada en su pecho que le hizo ponerse más nervioso.
—N-no, no es es-so...solo que...—Habló el mexicano sin poder evitar tartamudear un poco, su voz se cortaba.
—¿Qué? —Interrumpió—Mex, hemo estao junto desde España e inclusive en ese tiempo no contábamo to, no entiendo por qué tu desconfianza ahora, ya tenía suficiente con Argentina.
El más alto bajó su mirada tratando de organizar todos sus pensamientos y emociones encontradas en ese momento, tenía razón. Chile y México se conocían desde hace años, ambos habían sido realmente muy cercanos y buenos amigos, podrían considerarse hermanos a pesar de en algún momento haber creído que sus sentimientos iban más allá de solo eso y aún después de comprobar que no era cierto seguían ahí, no sé distanciaron como muchos solían hacerlo, no.
