Capítulo 81: Pasado, presente, futuro

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Capítulo 81: Pasado, presente, futuro.

Como ocurría cada vez que recordaba esa noche, terminé en lágrimas. Por lo que ocurrió esa noche, por lo que pudo haber ocurrido, y por lo que ocurrió después.

Pero a base de golpes y mucho dolor aprendí que el pasado es quien nos hace quien somos ahora, y de alguna forma no me arrepiento de haber atravesado por ello. No si significa que gracias a eso soy lo que soy, y tengo los amigos que tengo.

—¿Llamó Leonard? —preguntó Chanel, agarrando su teléfono de encima de la mesita de la televisión, donde la había dejado.

Asentí, y no dije más nada. Por suerte, ella comprendió y no me preguntó nada más.

En su lugar, se sentó a su lado y me abrazó. Me abrazó con fuerza, sabiendo perfectamente que mi mente había volado a aquella noche. Ya sabía que ella lo sentía.

—Nunca quise enfadarme contigo. Fui tan estúpida que pensé que la única razón por la que quisiste ser mi amiga fue para estar con él —dijo ella, agachando mucho la cabeza—. Volviendo a verlo ahora, en perspectiva, veo que fui una completa imbécil.

—¿Qué hubiese ocurrido si no llegabas?

Ella se lo pensó.

—No quiero ni saberlo. De hecho, no quiero ni pensar en la cantidad de mujeres con las que habrá intentado lo mismo. A veces todo eso parece tan lejano, como si fuera otra persona... otra vida.

—Lo sé. —admití, y era cierto.

Ya no estaba enojada con Chanel. Ni conmigo misma, en todo caso. Había llegado la hora de, finalmente, aceptarlo y avanzar. Dejar ir todos esos recuerdos dolorosos.

Dejarlos en el pasado, donde pertenecen.

—De verdad me gusta ser tu amiga —le comenté, y ella sonrió apenas—. Así que estoy dispuesta a, finalmente, dejarlo ir.

—¿Eso significa que me perdonas?

—Hace mucho lo hice. Simplemente voy a dejar de aferrarme a ese momento.

¿Alguna vez les ocurrió algo similar? Cuando no puedes avanzar por un momento en específico, un recuerdo doloroso que parece habernos marcado irremediablemente. Fue un tiempo en el que creí que me convertiría en lo que fue mi madre, en lo que la convirtió la depresión. Por eso mi aprecio hacia Heather y mis amigos va más allá de las palabras.

Me sacaron de ese lugar oscuro. Literalmente.

—Johnny te estaba buscando hace rato.

—¿Te dijo para qué?

Ella se encogió de hombros. Le di un abrazo rápidamente y me salí de la habitación. Pensé que un poco de caminata me haría bien, y efectivamente lo hizo: el aire fresco pegaba mi rostro, los arboles hermosamente florecidos cuyas flores eran transportadas por el viento, la población estudiantil tirada en los pastos. Todo parecía tan calmo afuera, tan armonioso.

Tardé unos momentos en los que me dediqué a respirar hondamente antes de atravesar el campus y llegar la puerta del edificio oeste.

—¡Hey! —exclamó Patrick, moviendo la mano desde uno de los sillones.

—Hola, Pat. ¿Y Johnny?

—No lo sé, Zanahoria. Supongo que con tu novio.

—Está bien. —dije desganada, tirandome al lado suyo en el sillón.

El chico pasó un brazo por mis hombros y me empujó a su cuerpo en un abrazo, y yo me dejé abrazar por él. En la televisión estaban dando un capítulo de Los Simpsons, así que nos limitamos a ver la televisión y reírnos de los chistes, desconectándonos de todo.

Drama Queen (DQ #1) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora