Capítulo 7: Hortensia

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«Para la indiferencia.

Que nadie te haga sentir menos.»


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Otro fin de año escolar...

Ya todos estaban sentados y tranquilos en sus correspondientes mesas cuando el profesor Dumbledore decidió dar unas últimas palabras. Erica terminó de masticar su chocolate, que comía como postre, y giró su cabeza hasta el hombre barbudo.

— Quisiera decirles, que esta noche debo otorgar algunos puntos extras por los recientes acontecimientos —comenzó— primero, le daré cincuenta puntos a Harry Potter por su gran valentía —en ese momento se agregaron varios rubíes más al contenedor rojo de gryffindor.

Erica miró a su hermano con una sonrisa ladeada. Ya le había contado la estupidez que había hecho la noche anterior, y le gustaba saber que había salido ileso de aquello.

— Segundo, le daré cincuenta puntos a Hermione Granger por su inteligencia y sabiduría —más piedras preciosas se aparecieron en el contador cuando Dumbledore continuó hablando— tercero, le daré cincuenta puntos a Ronald Weasley por su magnífico juego de ajedrez mágico.

Slytherin, que iba ganando la copa de este año hasta el momento, ahora había quedado empatado con gryffindor. Ambos estaban con ciento cincuenta puntos.

Si tan solo hubiéramos tenido uno o dos puntitos más; pensó Erica, mordiéndose el labio por dentro.

No era una persona competitiva pero al menos desde hacía dos años que ella estaba allí que gryffindor no ganaba ni la copa de las casas ni el campeonato de quidditch. Ambos años la copa había ido para slytherin y, además de tenerles cierto odio, no quería que volviesen a ganar una vez más.


— Y por último —el anciano dio un largo respiro. Erica miró de soslayo a Fred y George, quienes estaban expectantes, casi a punto de saltar en el asiento en cualquier segundo— es de valientes enfrentarse a nuestros enemigos, pero es de mucho más valientes enfrentarse a nuestros amigos. Por eso le doy diez puntos a Neville Longbottom.

Toda la mesa de gryffindor estalló en vítores luego de eso.

Algunos aplaudían a Neville, otros festejaban por la victoria de su casa, otros agradecían al profesor Dumbledore, pero eso sí ¡Todos estaban más que contentos!

— Y si mis cálculos no fallan, la decoración debería ser otra —movió sus manos hacia arriba y todas las banderas plateadas y verdes que habían en el gran comedor se convirtieron en doradas y rojas.

Desde la raíz ➳  George WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora