Capítulo 29: Es sobre el significado.

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Capítulo 29: Es sobre el significado.

Tan pronto como abrí lo puerta de su celda, haciendo un fuerte ruido chirriante entré a lo unidad.

Al instante, miré en su dirección, aún estaba durmiendo sobre su cama. Dormido boca arriba, con las sabanas cubriendo solo lo mitad de sus piernas, mientras una gran parte de él estaba en el suelo. Sonreí tímidamente, al encontrar toda lo escena un tanto lindo.

Caminé hacia su cama, y durante todo el camino, mis ojos se mantuvieron fijos en sus rasgos faciales. A veces, tenía lo impresión de que se volvía más lindo con cada día que pasaba. O tal vez, eran mis sentimientos hacia él. De cualquier forma, lo obvio, es que el me hace sentir cosas.

— Frank... — Lo llamé, en un tono no tan alto, tratando de despertarlo sin alterarlo. — Hey Frank... — Lo llamé de nuevo, suavemente, cepillando algunos de sus cabellos detrás de su oreja. Comenzó a moverse en su somnolencia, gruñendo algo ininteligible. Parpadeó un par de veces para recuperar el enfoque, sonreí, sintiendo al instante una ligereza, cuando sus expresivos ojos se clavaron en los míos. — Hola...— Saludé. El no respondió, simplemente bostezó en mi dirección. —Es hora de levantarse. —

El volvió a gruñir.

— Vamos, estoy seguro de que no deseas pasar toda lo mañana aquí. —

El volvió a bostezar, haciéndome reír en voz baja, forzándose a levantarse. — ¿Estás seguro de que no puedo dormir tan sólo cinco minutos más? —

— ¿Qué diferencia habrá? Solo levántate, tengo una gran noticia. —

El frunció el ceño. — ¿Tienes una gran noticia? ¿Qué sucedió? ¿Qué es esa gran noticia? —

— Levántate, toma tu ducha y luego te lo diré. —

— Oh, está bien, está bien. — agitó lo mano, dejando lo cama. — Maldición, odio las condiciones, pero viniendo de ti me prende. —

Voltee los ojos hacia arriba con fastidio.





















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Después de conseguir algunos productos de higiene con uno de los oficiales, nos dirigimos a las duchas. Las duchas en el Centro Médico estaban más limpias y más ordenadas que las reservadas para los residentes del centro penitenciario. Los cubículos privados y el agua caliente, eran uno de los lujos proporcionados y reservados para los oficiales, médicos y el personal en general.

Mi tendencia por Frank, me arrastraba todo el camino hasta aquí, para que el pudiera tomar sus duchas durante el día y, a veces por lo noche. Lo bueno era que cuando él lo usaba, nadie más lo hacía. Pocas cosas en lo vida, son más difíciles que encontrarte a ti mismo, totalmente indefenso, sin ropa, y en lo ducha, justo al lado de un asesino en serie.

Frank se dirigió hasta uno de los últimos cubículos del lugar, siempre escogiendo el mismo, cerró lo puerta con cuidado y colgó lo ropa en lo parte superior de lo puerta.

Por otro lado, yo, apoyé lo cabeza contra lo pared, cerrando los ojos, mientras oía el sonido del agua fluyendo.

Mi corazón cambió drásticamente de golpe, de un latido suave a uno más fuerte, cuando a solo pocos segundos, oí su voz desde dentro del cubículo.

— Entonces, ¿Cuál es esa gran noticia? — Parpadeé, en realidad no era de buen gusto, tener una conversación en un entorno como este.

— ¿En serio? ¿Lo quieres saber ahora? —

FUN GHOUL |Frerard| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora