Capítulo 7: No hay pensamientos ni sentimientos.
Soy tan débil, siento vergüenza de mí. Debería suicidarme, sólo saltar de la ventana y ya está . Sinceramente, no sé qué está pasando conmigo, ni por qué estaba tan afectado por Frank. Pero lo hice, otra vez. Los pasteles que se suponían que eran de Ray. Pero se los di a Frank. Los cinco jodidos macarones, ahora mismo están siendo jodidamente digeridos por el condenado estómago de Frank Iero.
¿Por qué?
Él me pidió más pastelitos y yo como buen psicoterapeuta intentanto empatizar con él, no pude decirle que no. Mierda, se supe que soy un psicoterapeuta. Mi trabajo es tratar con los problemas y cuestiones de las personas pero aquí estoy, con mi propio problema que al parecer no puedo resolver: ¿Cómo le digo que NO, a Frank Iero ?
¿Cómo puedo dejar de ser, tan agradable con él? Solía ser estricto cuando era necesario, de verdad que sí, pero cada vez que estoy con él, tengo esta necesidad de complacerlo; tengo este capricho de ser agradable y no sé por qué.
En realidad, tal vez, ya lo se. La cosa es que me gustan ciertas cosas. Me gusta su mente, me gusta su voz y me gusta su personalidad, aunque siempre trate de parecer al gato Cheshire de los dibujos animados. Él es, como uno de esos personajes que me encantaba leer cuando era niño. Es ese personaje que siempre había soñado con conocer. De cierto modo, Raymond Toro tenía razón. Yo quiero ser el doctor que ayude a Frank. Quiero ser el doctor que lo cure. Y quiero que Frank guste de mí como doctor, tanto como yo gusto de él; quiero que él confíe en mí. Ya no más confusión, yo sé la respuesta. Me estoy volviendo loco.
Por eso le di todos los pastelitos de Ray.
Estoy dispuesto a mantener mi palabra. Sin embargo, había prometido a Toro cinco malditos macarones, diarios, durante dos semanas ¿conseguiré dárselos alguna vez?. Lo que tenía que hacer, era comenzar a dárselos el lunes. El lunes siempre es el mejor día, para comenzar nuevas cosas. El problema ahora, era intentar convencer a aquél recluso.
Terminado la sesión con mi paciente fui claro y directo con Ray.
—Así que, la comida que me prometió, ¿Me la dará a partir del lunes?—Preguntó levantando una de sus cejas, poco convencido.
—Sí. También tengo que pensar cómo darte los pasteles sin levantar sospechas. Si tú doctor, Bob nos ve hablando, se dará cuenta que algo malo está pasando. Además, hay algunos oficiales que saben que no eres mi paciente. El contrabando de comidas pequeñas puede ser fácil, pero todavía es ilegal. Tenemos que estar seguros y fuera de la vista de los demás —
Su respuesta fue un 'hm' . Al parecer estaba de acuerdo con el trato..— Venga conmigo —Dijo, invitándome con la mano.
Miré a mí alrededor un poco incómodo—¿Ésto es una buena idea?—
— ¿Dijo, que no quería parecer sospechoso al darme la comida ¿cierto? Sígame entonces. Estaremos bien. Hoy es jueves, así que, ahora mismo el Doctor Bob tiene sesión con Pete. Así que es seguro.—
— ¿Y los oficiales? —
— Lo ven con la bata blanca, así que dan por hecho que eres un doctor. La mayor parte de los oficiales no saben ni siquiera nuestros nombres, sin mencionar a la de todos los doctores. Sobre todo porque los médicos siempre vienen y se van - Eso tenía sentido, pero todavía no me convencía - Sólo no esté nervioso. Si un oficial lo reconoce sólo responda, que el Doctor Bryar pidió comprobar que salí. Nos dejarán en paz.—
— ¿Lo has hecho antes? —Pregunté, siguiéndolo finalmente.
—¿Qué?—
—¿Qué le hagas creer a un oficial, que otro médico es tu doctor?—
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FUN GHOUL |Frerard|
Fiksi PenggemarEl psicoterapeuta Gerard Way asegura su nuevo empleo en el asilo Psiquiátrico de Moscú para criminales dementes. Tratar con trastornos mentales nunca fue un problema para él, ya que buscaba un cambio de aires y de vida que según él encontraba fascin...