[AVISO IMPORTANTE:Esta es la secuela de "La Hermana Menor De Goku", historia que puedes encontrar en mi perfil. Te agradezco tu atención y espero que disfrutes la lectura, y si decides leer la historia, además de agradecerte espero que gozes lo que...
La noche había transcurrido con una velocidad mayor a la esperada, y no todos habían logrado conciliar el sueño de forma exitosa. Ya estaba amaneciendo cuando Sharotto, caminando por los pasillos, fijó su atención en Bulma.
La mujer peliazul estaba recostada por una columna, abrazándose los codos y observando como dormían los niños. Goten y Trunks estaban durmiendo profundamente, siendo levemente iluminados por los rayos del sol que comenzaban a surgir.
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Sharotto se acercó y se quedó a su lado, en silencio, también observando. Si estaba tan cansada como esos niños entonces no lo demostró. Bulma soltó un suspiro, y después de unos segundos, habló:
-Siempre supe que Trunks sería un buen guerrero, como su padre.-dijo, mirando a su hijo con una mezcla de orgullo y tristeza- Pero nunca creí que tendría que verlo pelear tan pronto.
-Tu hijo será un gran guerrero, porque es hijo tuyo y de Vegeta. No me cabe duda de que será muy fuerte -respondió Sharotto, con los brazos cruzados y observándolo también. Sharotto no era sentimental y no tenía una idea de cómo tratar a las personas tristes, por lo que pensó más o menos sus palabras y luego añadió- Bulma, te mentiría si te dijera que sé lo que se siente, pero soy sincera cuando te digo que lo lamento; tanto por tus padres como por tu esposo. Hubiera querido tener la fuerza suficiente para impedir lo que sucedió.
-No digas eso, estoy segura de que luchaste con toda tu fuerza en esa batalla, y me alegro que hayas regresado con vida. No sé que haríamos si tú no estuvieras aquí.-contestó Bulma, dedicándole una sonrisa- Lo que está sucediendo es terrible, pero estamos mejor que muchos otros y tenemos el poder para hacer algo para frenar al maldito de Majin Buu.
-Así lo haremos, Bulma.-asintió Sharotto. Ambas se sonrieron.
Mientras tanto, en el planeta Supremo, Son Goku había comprobado que las apariencias engañaban; Yoshino no le había parecido, en primera instancia, un sujeto que fuera estricto o exigente. Qué equivocado había estado.
Llevaban horas y horas entrenando, y darle un golpe certero ya parecía algo imposible. Aveces Yoshino iba tan rápido que lo único que Goku podía ver era un punto anaranjado que se movía en todas direcciones. Y cada vez que recibía un golpe de su parte, sentía como si le crujieran los huesos. Fuera de eso, encontraba el combate muy divertido. La forma de pelear de Yoshino era agresiva, aunque lograba moderarse con mucho éxito. Sus ojos amarillos estaban pendientes de cada movimiento de Goku, y esquivaba los golpes y ataques con sorprendente facilidad.
Goku se había lanzado hacia Yoshino justo cuando el semi-dios extendía una palma hacia él, en señal de que se detuviese.
