|La hermana menor de Goku 2|

63. "¡Tú puedes Kakarotto, eres el número uno!"

《Capítulo 63_"¡Tú puedes Kakarotto, eres el número uno!"》

Anteriormente en L.H.M.G 2..

[Narrador Omnisciente]

Goku realizó un enorme aumento de ki en muy pocos segundos, provocando que su cuerpo fuera cubierto por una brillante aura dorada que flameaba con fiereza. Su ki siguió subiendo hasta que su cabellera se alargó hasta más allá de su cintura, sus cejas desaparecieron y a su alrededor chisporroteaban corrientes eléctricas. La roca bajo sus pies se rompió ante su poder, haciendo que los escombros cayeran al suelo.

Majin Buu soltó una leve carcajada, para luego ladear su rostro y observar al saiyajin con su fría mirada. Goku sintió un pequeño escalofrío al ver su maliciosa y tétrica sonrisa. Entonces, en un parpadeo, Majin Buu apareció frente a él propinándole un fuerte cabezazo. Goku salió disparado hacia atrás, teniendo que maniobrar en el aire para recuperar el equilibrio.  Ni bien lo logró, el saiyajin y el demonio se lanzaron el uno al otro brutalmente, provocando una explosión de energía con el choque de sus puños.

Su pelea se volvió más rápida y más brutal. Goku dejó sobre Buu un combo de golpes; le dio un puñetazo en la cara, un rodillazo en el estómago, para luego sujetar su antena y comenzar a darle una serie de patadas en todo el torso como si fuera un saco para entrenar. Sin embargo, Buu enrolló su antena en el cuello del saiyajin y comenzó a atraerlo a su cuerpo, dándole un cabezazo tras otro para luego darle una patada que lo empujó varios metros hacia atrás.

El demonio fue tras él pero se encontró cara a cara con un repentino ataque de energía que lo despedazó completamente. Luego de que la luz se disipara, el saiyajin sonrió de lado al ver los trozos flotantes del cuerpo del demonio, aunque de todos modos, aquel volvió a regenerarse en cuestión de segundos, como si nada hubiese sucedido.

-No te precipites, nuestra pelea acaba de comenzar.-espetó Goku, sin quitar su sonrisa del rostro.

Buu regresó a atacarlo con ferocidad, descargando una serie de golpes y ataques que el saiyajin tuvo problemas para enfrentar. Poco a poco fue capaz de responder con más golpes, pero su batalla cada vez subía más en su nivel de brutalidad. La velocidad con la que combatían se elevaba con el pasar de los segundos, y la batalla se trasladaba de un sitio a otro, al punto en que ambos se veían como destellos en el basto terreno en el que luchaban.