Capitulo 23 - Parte 1

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    A un año del accidente la situación se empezaba a descontrolar, los sueños habían desaparecido y los intentos de salida de su cuerpo daban todos erróneos, Ryan parecía haberse esfumado con el viento, Mery estaba sumergida en una gran tristeza que inundaba su alma, tener el cuerpo de su hijo andando sin alma por su casa era algo que poco a poco le iba quitando la alegría, las esperanzas estaban todas perdidas, Allen no podía seguir esperando, debería de volver a New York y Tiffany se sentía frustrada sin su mejor amigo.

    La noche del baile benéfico llego, Max recogió a Tiffany en el coche de su madre en la puerta de su casa, la joven lucía preciosa dentro de un vestido verde aceituna de tela satén que moldeaba a la perfección su figura, había pasado toda la tarde moldeando sus enloquecidos rizos con su plancha de pelo, estaba realmente hermosa, de ahí a que Max Robinson dentro del cuerpo de Ryan se quedara perplejo a penas sin habla, la joven bajo las escaleras de su casa mientras con las manos cruzas en la parte de adelante y con un elegante smoking negro el chico la esperaba.

- estas preciosa - le dijo mirándola fijo a los ojos a lo que ella enseguida le sonrío.

- gracias - contesto ruborizada, ella entrelazo su mano en su brazo y caminaron hasta el auto que los condujo al gran baile.

   Después de varios discursos de agradecimiento la música se hizo reina en el lugar y los jóvenes empezaron a desatarse, la pista se lleno de colores y al fin bebidas alcohólicas sin miramientos, esto era la Universidad, aquí era todo diferente. Ante los ojos del mundo Tiffany bailo toda la noche con Ryan, sin embargo, a través de sus ojos ella podía ver claramente el rostro de Max sonriéndole.

- no sabía que tu mami te dejara beber alcohol - le dijo Ernest cuando Ryan se acerco a la barra y se sirvió una copa.

- déjame en paz Ernest, no estoy para tus tonterías.

- ¿tonterías? - le dijo algo ebrio - me debes ya muchas Ryan Taylor - y bebe un sorbo del vaso que sujetaba en las manos.

- cuando quieras te las pago - le respondió mirándolo fijo a los ojos sin mostrarle el mas mínimo miedo.

   La fiesta continuo y la discusión entre los dos jóvenes parecía haber acabado, sin embargo no podemos olvidar que no era Ryan aquel joven, que era Max Robinson, y que por muy bien que ahora hiciera las cosas y por mucho que hubiera cambiado, seguía siendo un chico con un temperamento difícil de calmar, Ernest se había pasado con el, por eso no le había quitado los ojos de encima en toda la noche.

- ¿Qué tanto miras? - le pregunta Tiffany enganchada de su cuello mientras bailaban aquella canción de Bruno Mars.

- nada, olvídalo - le dijo el evitando decirle nada acerca de lo sucedido, la verdad era que su sangre hervía.

  Ella sabía que algo no andaba bien, Max estaba tenso, nervioso, sus manos en ocasiones parecían temblar, ella estaba segura de que pasaba algo.

   Cuando la canción acabo la chica pidió permiso para irse a retocar al baño, el momento justo que Max aprovecho para ir detrás de Ernest que acababa de salir con un cigarrillo en las manos. Hacía bastante frío, y el cielo se teñía de rojo, se esperaba una tormenta, el reloj pasaba las 2:00 de la madrugada y muchos de los invitados ya se habían ido, otros aprovecharon el momento para echar algún polvo rápido en la parte de atrás de los coches estacionados. Ernest estaba a unos metros del recinto, alejado de la multitud escondido detrás de una pared de ladrillos fumándose aquel porro que había conseguido.

- ¿todavía te escondes para fumar esa mierda? - le dijo Ryan acercándose a el.

- ¿Qué cojones bienes hacer aquí? déjame tranquilo marica de mierda, ¿Qué quieres? ¿chuparme el rabo? - dijo entre risas mientras tosía a la misma vez a causa de una mala calada al tabaco.

El chico de la calle de atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora