Capitulo 11

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Un enorme silencio reino en aquella habitación por largos minutos, tanto que a Max ya le empezaba a desesperar, ella se había quedado totalmente muda, allí sentada, observándolo mientras aún le sujetaba las manos. No daba crédito, reírse no era una opción, no veía indicios de que aquello fuera una broma de muy mal gusto de su mejor amigo.

- ¿cuando nos conocíamos? - le pregunta seria a penas sin poder hablar.

- no lo sé - el libera el aire contenido.

- ¿como nos conocimos?

- no lo sé - vuelve a responder bajando poco a poco la mirada.

- ¿donde está tu padre? - el consigue levantar la cabeza, sus ojos se empeñaban.

- ni siquiera sabía que tenía un padre...

- ¡oh por dios! - le suelta las manos enseguida, un frío le recorre el cuerpo, siente miedo - ¿que te paso en ese accidente?

El suspira, esa era la peor parte.

- no me acuerdo bien, son escenas algo borrosas, fue todo demasiado rápido, iba en el coche...

- ¿en el coche? - pregunta y de repente le suelta bruscamente las manos.

- conduciendo, con Ernest, mi amigo de copiloto, el muy idiota se empezó a comportar como un verdadero gilipollas, íbamos todos borrachos, perdimos el control del coche, Ryan iba en la bicicleta ...

- ¿quien eres? - el Había tomando carrerilla contándole a ella lo sucedido, ella lo detuvo con aquella pregunta y el se quedo en blanco - ¿Quién eres? - volvió a repetir con todo el miedo del mundo de aquella respuesta.

- soy Max, Max Robinson - suelta el aire contenido y ella se levanta de la cama velozmente y sale a toda prisa de la habitación - ¡Tiffany! - la llama corriendo detrás de ella - ¡Tiffany espera! - la chica no detiene sus apurados pasos, ya esta fuera de la casa en dirección a su coche, el corre detrás - ¡me dijiste que podía confiar en ti! - ella se monta en el auto y arranca a toda velocidad - ¡joder! - exclama enfadado - ¡joder, joder, joder!

   Abatido el joven regresa a casa.

- ¿Qué es lo que ha pasado? - pregunta la señora Mery que había visto aquella misteriosa escena entre dos amigos que jamás habían discutido desde el salón de su casa.

- no quiero hablar de ello - el sube las escaleras a toda velocidad y desaparece tras la puerta de su habitación.

   Minutos mas tarde Ryan baja las escaleras de la casa vestido para salir.

- ¿a donde vas? - pregunta Mery quien enseguida se levanta de la silla donde estaba - ¿quieres que te acompañe?

- puedo ir solo, ¿vas a utilizar tu auto?

- ¿mi auto? - lo mira extrañada - Ryan, ni siquiera tienes el carnet de conducir ...

- ya - murmura - lo suponía.

- Ryan - lo mira con cara de pena - debemos de sentarnos hablar, desde que despertaste no hablamos, no como antes, hay cosas que necesito decirte.

- está bien - le dice para complacerla seguro de que aquel momento nunca iba a llegar - ahora me tengo que ir.

- pero ¿no me vas a de... - fue lo último que dijo cuando su hijo despareció detrás de la puerta de entrada de la casa.

  Ryan tomó un taxi que apenas pudo pagar con el poco dinero de su cartera. Aquella situación no iba a ser fácil para un joven acostumbrado a tenerlo todo. El taxi lo había dejado frente al Hospital General de Wilmington, aquel mismo de donde había salido hace apenas unos días.

El chico de la calle de atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora