Capítulo 22

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Rut despertó en el hospital. Tenía la mano escayolada y electrodos enganchados a su pecho. Miró a un lado para encontrarse a sus padres durmiendo en el sofá del hospital y miró al otro lado, para encontrarse cara a cara con Daniel una vez más, después de mucho tiempo. "¿Qué ha pasado?", le preguntó, pero Rut decidió no contestar por miedo. Daniel suspiró y trató de que le contara lo que pasaba, pero Rut se mantenía callada y no parecía cambiar de opinión. "Es mejor que me dejes." Contestó apartando la mirada de él. Todo este tiempo pensando en cómo podría ser su reencuentro no pensó en nada parecido a lo que estaba viviendo.

Rut miró por la ventana y revivió un momento de su pasado en el que aún era Sergio. Su madre trataba de sacarlo de la cama para ir a la escuela, pero él se negaba. Estaba tapado en su manta, gritando que no quería ir. No era que no quería porque le aburría, sino por las burlas y los comentarios ofensivos que decían de él haciéndole parecer un raro. Pero para sentirse mejor dijo que ellos eran los raros, y por miedo, Sergio nunca le llegó a decir a su madre como se sentía en el instituto. Rut se sentía igual. Con miedo.

Daniel y Rut estaban al lado del otro, sin dirigirse las miradas y sin decirse una sola palabra. Daniel la miraba con preocupación y la abrazó cuando la chica menos se lo esperaba, sorprendiéndola y sonrojándola. En el fondo, Daniel se sentía culpable por como la trató el ultimo día que hablaron y él también esperaba el día en que pudieran hacer las paces.

- No seguiré preguntando el porqué. – Respondió. – Lo que me importa es que estés bien.

Rut sonrió. Y lloró. No pudo contenerse más, quería contarle la verdad, vomitarlo todo. Pero tenía miedo. Daniel no la soltó. "Daniel, yo...", Rut estaba dispuesta a contárselo, pero el móvil de Daniel comenzó a vibrar en su bolsillo. Eran varios mensajes de texto de un desconocido. Abrió el chat de texto para encontrarse con los diferentes mensajes iguales que decían, "Abre el puto chat.", en cuanto lo abrió, los mensajes se detuvieron y la verdadera conversación empezó. Daniel no comprendía que estaba ocurriendo.

- Hola Daniel. – Escribió el desconocido. – Yo soy la causa del porque Rut fue atropellada.

- ¡¿Por qué haces esto?! – Le preguntó enfadado e impulsado. Apretaba con fuerza la pantalla táctil de su móvil, estando al límite de romper el aparato por la mitad.

- Porque en verdad Rut es Sergio Flores.

- Sí, antiguo compañero de clase. Su transformación es todo un misterio. – Le escribió y seguidamente puso. – ¿Te he fastidiado el plan?

No escribió, tampoco parecía dar signos de que había abandonado el chat por aquella revelación. Entonces le llegó unos cuantos emoticonos en forma de risa. "Al contrario... Me has dado ventaja." Le contestó antes de bloquear el chat y evitar que hablaran más de la cuenta. Seguidamente, le llegó al correo cuatro localizaciones diferentes con el asunto, encuentra la pista oculta.

Rut se asustó al comprender que Daniel se había unido al retorcido juego del acosador. Era un verdadero demente y haría todo lo posible por divertirse. Además, sospechaba en que el acosador publicara su secreto aun jugando su juego. Era algo con lo que Rut no quería jugar. Daniel no se lo pensó dos veces y se levantó con la intención de ir a esas cuatro localizaciones, pero la chica le detuvo antes de que se atreviera a salir por la puerta de la habitación. Pero ella sabía cómo era, no iba a parar a menos que él lo quisiera. "Ten cuidado..." Le dijo antes de dejarlo marchar.

Daniel fue a la localización más cercana, siendo esta en la gran ciudad. Se encontraba en un lugar abierto, no comprendía que quería la mente maestra que buscara en aquel lugar. Estaba lleno de gente, supuso que un lugar como este no era idóneo para esconder una pista y cogió la moto para volver al pueblo, a la siguiente localización. La plaza. Allí rebuscó entre las basuras, miró a las personas que daban de comer a los pájaros y los carteles pegados en las paredes. No había nada que podía destacar. El siguiente lugar era su instituto. Por alguna razón, Daniel creía que andaba en círculos. Miró la última localización para ver donde era y descubrió que era la casa de Rut. Aceleró y en menos de lo que canta un gallo, estaba frente a su casa. La puerta estaba abierta.

Cogiendo un trozo de metal guardada en su moto, decidió entrar a investigar. La casa estaba en perfecto estado, no parecía que hubieran robado nada, pero no habían entrado a robar, Daniel lo sabía. Trataba de encontrar algo en aquella inmensa casa, pero no había nada o nadie en la planta baja. Subió lentamente las escaleras, armado con ese trozo de metal que le servía para defenderse. La primera puerta estaba cerrada, la abrió sin que esta hiciera ruido y entró en la habitación. Era la única que se encontraba patas arriba. Era la habitación de Rut.

Daniel entró, bajando la guardia y cogiendo la foto que había sobre la cama de la chica. "¿Pero esto que es...?" Dijo observando la foto. Era un selfi tomado en aquella misma habitación. Rut dormía a plácidamente en su cama, no había notado la presencia de quien resultó ser el acosador. Daniel sacó su móvil para tratar de avisar a Rut, pero recibió un buen golpe en la cabeza que lo dejó tirado en el suelo. Giró su cabeza para ver a la mente maestra del juego. "¿Por qué haces esto?" Le preguntó. Sin remordimientos le asistió un buen golpe en la cabeza dejándolo inconsciente.

Soltando el bate que tenía como arma, cogió el móvil de Daniel en el suelo y como ya estaba desbloqueado, llamó al chico transformado, que descansaba en la habitación del hospital por el atropello. La mente maestra aún estaba sorprendida de aquello. El móvil comunicó por unos segundos antes de que Rut lo cogiera pensando que era Daniel. "¿Qué has encontrado?" Le preguntó.

- Algo muy interesante... – Le dijo con su verdadera voz. Rut no la reconoció a causa de que la mente maestra hacia una voz más grave para disimularlo. Era la primera conversación que tenían con voz.

El corazón de Rut estaba acelerado y no tenía intención de parar. La chica no sabía que pensar.

- ¡¿Qué le has hecho?! – Le preguntó entre sollozos. Él solo comenzó a reírse.

- Nada. Por ahora. – Dijo mirando el cuerpo desplomado de Daniel. – Esta noche te quiero en la vieja fábrica. – Le dijo.

- ¿¿Cuándo acabará este retorcido juego??

- El juego no ha hecho más que empezar. – Respondió entre risas antes de colgar.

- ¡Psicópata!! – Le gritó, pero no llegó a escucharle.

Rut lanzó su móvil, echándose a llorar. Las localizaciones solo eran una distracción para tenderle una trampa a Daniel. Volvía a estar ella sola, sin ayuda de nadie. El móvil de la chica se encendió para mostrar el siguiente mensaje que no logró llegar a ver: "Aquí te esperamos."

El mensaje era directo, además de ser una trampa. Pero Rut no iba a permitirlo, ya había llorado demasiado. Ella y solo ella podía decidir su futuro, no alguien que no tenia ni idea de cómo se sentía aquella persona. Iba a rescatar a Daniel y terminar el juego aquella misma noche.

Sexy Señorita: AurorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora