Tras acabar el instituto, Rut se encontraba trabajando en el bar. Daniel no había venido a trabajar aquel día y eso le extrañó bastante, siendo un día después de haber hablado como adultos y haber resuelto sus problemas. Había estado la ultima hora atendiendo a clientes y limpiando los vasos de cristal sin su supervisión. "¿Dónde se habrá metido?" Se preguntó.
Justo cuando menos se lo esperaba, Daniel apareció por la puerta. El jefe se le presentó enfadado ya que era el segundo día que llegaba a la hora que quería y no lo consentiría una tercera vez. Rut se fijó en que Daniel tenía una expresión triste en su cara, él pasó de largo, ignorando a Rut completamente a pesar de que la chica le había dicho un hola. Cuando regresó, le preguntó si todo iba bien y Daniel no dijo nada, solo se dedicó a asentir con la cabeza.
Daniel cogió el walkie-talkie y se puso tras la barra con Rut. El chico tenía una cara larga y no le prestaba atención después de que el día anterior le hubiera dicho tales cosas que, para Rut fueron bonitas. No quiso insistir, simplemente, se quedó callada limpiando los vasos mientras que Daniel atendía a los clientes como de costumbre, con esa falsa expresión de felicidad.
La noche anterior Rut estuvo pensando en Daniel y en lo que le dijo. Aquello que sintió, quería contárselo, quería decirle lo que sentía, pero por alguna extraña razón algo le decía que no debía. Hacía tiempo que dejó de ser un chico y casi había olvidado esa parte de su pasado. Rut ya pensaba como una chica y aun así no sabía cómo expresarle sus sentimientos a Daniel, si era de verdad que le quería. "¿Todo bien?" Le preguntó Daniel posando su mano en el hombre izquierdo de Rut. Había perdido la noción del tiempo y estaba quieta, pensando.
- Sí. Solo estaba, pensando. – Contestó.
- A veces pensar es malo.
Daniel la dejó sola y se quedó en el mismo sitio. "¿Pensar? ¿Algo malo?", decidió no darle importancia y siguió a lo suyo, dejando a un lado sus sentimientos por Daniel. O al menos lo intentó. Tenía una lucha interna que no lograba comprender. Pasaba el tiempo con Joan y lo disfrutaba, pero con el poco tiempo que había pasado con Daniel parecía que su corazón ya lo había elegido. Al acabar el día, Rut regresó a casa en tren. De camino hablaba con Nury desde el móvil y le explicaba su vida sentimental.
Nury❤: Tía, eso quiere decir que estás enamorada de Daniel😍 Es mono y parece tomárselo en serio, pero, ¿Tu no estabas con Joan?
Rut: ¡Que pesada con eso! Joan no es mi novio y ese es el problema. No sé qué hacer😭😭
Nury❤: Haz lo que tu corazón crea que es lo correcto.
Rut: Deja esas chorradas, ya lo he intentado y estoy más confusa que antes😵
Nury❤: Bueno, como digas. Mañana hablamos. Nanit😘
Rut apagó el móvil y se puso los auriculares, escuchando Waves de Dean Lewis, mientras miraba por la ventana del tren, la oscura noche que la rodeaba. Y como si se metiera en su cabeza, la música no dejó de sonar en ningún momento, día tras día.
Daniel llegaba tarde o temprano, dependía del día y extrañaba bastante a Rut que el chico lo hiciera, no entendía que le pasaba. Para ayudarle quiso contarle sus sentimientos hacia él, pero pensó que en vez de ayudarle más bien empeoraría las cosas. Y un día, con la ayuda de Nury, fue al bar para encontrarse cara a cara con Daniel. "Se tu misma." Le dijo dándole un pequeño empujón. Daniel salía, con la chaqueta entre sus brazos y pasó de largo a Rut. Al ver esto, Nury le detuvo y le obligó a hablar con su amiga.
- ¿Se puede saber qué te pasa? – Le preguntó mosqueada. – Has estado ignorándome desde que hablamos, ¿Por qué...?
- Me voy. Para siempre.
- ¿Por qué? – Le preguntó. – ¿Qué ha cambiado?
- Te lo dije aquella noche. Tú eras el motivo por el que no... Ya sabes. – Dijo agachando la cabeza. – Y ahora que lo sé, ¿Qué más me importa?
- ¿Y qué harás? ¿Te matarás?
Hubo un silencio incomodo por unos segundos. Rut parecía haber acertado y estaba asustada, no quería que Daniel se suicidara ahora que todo le iba bien. No entendía porque había abandonado toda esperanza ahora. Rut no lo entendía, pero no iba a permitir que Daniel se fuera y para siempre. "Eres idiota." Fueron las únicas palabras que salieron de su boca. Daniel levantó una ceja. "La vida es mejor de lo que crees." Afirmó. Daniel no pudo evitar soltar una pequeña carcajada que dejó confundidas a las dos chicas.
- ¿El que? – Le preguntó. – ¿Videojuegos? ¿Películas? ¿Amor? – Dijo eso ultimo con un tono burlón. – ¡Todo son tonterías Rut! Eso no me sirve. – Le contestó. – Estaría mejor en un mundo apocalíptico donde todos se matan entre ellos porque no hay amor. – Rut hacia todo lo posible para convencerle, pero todo lo que salía de su boca era una puñalada en el corazón para la chica. – Matarme es cosa del pasado, puede que no lo haga, pero sigo pensando que la vida es una mierda.
- ¡No es una mierda! – Le corrigió. – Yo...
- Tú, ¡¿Qué?! – Le dijo acercando su cara a la suya. – ¿Tú me enseñarás que hay cosas por las que vivir? – Le preguntó. Rut estaba inmóvil, tenía la cara de Daniel pegada a unos centímetros de su rostro y tenía la oportunidad delante de sus narices. Pero se negó a hacerlo. Daniel se apartó de ella. – Lo sabía.
Daniel se alejó de las chicas, una llorando. Le había hecho daño, mucho daño y arreglar esa herida iba a ver más costosa de lo que ella podía imaginar.
ESTÁS LEYENDO
Sexy Señorita: Auroras
Roman d'amourSergio es un adolescente de bachillerato normal y corriente con un pasado... Tragico, y vive con miedo a los abusos que recibe día tras día, pero pronto, su vida da un giro inesperado cuando Sergio comienza a convertirse en una chica. ¿Por qué le ha...