[6] "Esta canción me gusta mucho"♡

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Joaquín.

Me estaba dando un baño, el agua era algo fría, estaba escuchando mi playlist de canciones favoritas, se reprodujo Make up, de Ariana Grande. Realmente esa canción me fascinaba. En un momento me puse a cantar....

-Promise me that when you kiss my lips, you'll make it stick...( Prométeme que cuando beses mis labios harás que se pegue)

Comencé a bailar al ritmo de la canción....

-It's a mood, it's a vibe, it's a look, it's a match ...
(Es un estado de ánimo, es una vibra, una mirada, un match)

Recordé el día que conocí a Emilio, todas las sensaciones... Cuando formalmente nos conocimos, cuando le dije de mi canción favorita, había pequeños clips en mi cabezá de sus acciones en el siguiente orden.

Emilio mirando mis manos...
Mirando mis ojos....
Mirando mis labios...
Y al final mirando mi cuello....

Yo también lo observaba, pero fue extraña la sensación que me provocó recordarlo, un calor me invadió el cuerpo, para ser más exactos, mi torso, mi respiración se tornaba necesitada de más aire y sin pensarlo mucho me dí cuenta de que era lo que necitaba dirigí mi mano hacia la parte baja de mi abdomen. Tragué salíva y cerré los ojos.
Otra vez.
Emilio tocándose el cabello.
Apreté.
Emilio pasando la lengua por sus labios.
Jalé.
Emilio lamiendo el chocolate del pastel de su boca.
Mordí mis labios.
Emilio bailando moviendo sus caderas.
Un sonido ahogado que pretendía ser un gemido.
Emilio después de hacer ejercicio.
Alcé la cabeza hacia atrás.
Emilio mojado luego de nadar.
Me pegué a la pared.
Emilio sin camiseta.
Lamí mis labios.
Emilio en boxers.
Los mordí.
Emilio contra mi cuerpo.
Jadeé.
Emilio besándome.
Y ocurrió, abrí la boca, liberando mi labio inferior y toda la tensión que tenía acumulada.

No era que no lo hubiera hecho nunca, porque estaría mintiendo, solo que no es muy frecuente en mi y menos solo pensando en alguien. Y menos pensando en mi amigo. Si es que podría enmarcarlo en ese término.

Había quedado con Emilio para dormir en su casa. Le pregunté sobre la llamada de nuestro querido productor y me dijo que sería mejor hablarlo en persona.

Como ya era costumbre, saludé a la señora Niurka, que pocas veces estaba, aunque siempre parecía estar cuando iba a su casa, subí las escaleras con permiso de la señora y toqué la puerta de cuarto de Emilio.
Tenía algo de música.
Reconocí la canción y me extrañé, New Rules de Dua Lipa, sabía que le gustaba, pero no creí que lo escuchara tan cotidianamente en su casa.
Por lo que me habían dicho sus amigos tenían un espacio meramente masculino, y si llegaba a mencionar algo como sus gustos por las cantantes femeninas-hablando de letras de canciones, ritmos, voces- sus amigos estarían chingandolo durante días y eso era algo que el prefería evitar.
Pareció no escuchar por la música y esta vez hablé.

-Emilioooo-hablando de mi ropa, me acomodé la sudadera blanca, mientras esperé a que abriera, llevaba un paliacate azul en la cabeza, como solía ocuparlo antes y lo apreté para evitar que se cayera sin darme cuenta.

Debía admitir que me costaba mirarlo a la cara, lo ví y no pude enviar recordar lo que hice esta mañana. Intenté olvidarlo pero cada tres segundos Emilio tocaba su cabello.

Me senté en el pequeño mueble que había en su cuarto luego de que abriera la puerta.

-Bien, ¿Que quieres hacer?- se botó a su cama con una almohada en las manos

-‎no lo sé ¿Qué propones?- no quité la vista de mi celular, no hablaba con nadie pero pretendía que Emilio no lo notara.

-‎pues podríamos hacer palomitas y ver una película o comprar algo, no sé, lo que quieras-sé levantó para ir frente al espejo que tenía, adornaba toda la habitación, era como una pared extra, puesto que ocupaba el espacio de una.

Lo miré de reojo al ver que estaba haciendo.
Su celular seguía reproduciendo música, un poco más bajo, pero lo hacía, supe que estaba en aleatorio por el repentino cambio de género.
Sonó Con calma de Daddy Yankee y Emilio comenzó a bailar frente al espejo.

Entre movimientos de cadera, arreglos a su pelo y otros pasos a los que no presté atención, sentí el sonrojo venir.

Emilio tenía los ojos cerrados mientras se dejaba llevar por la música.

-ven-

-‎¿Q-que? No, como crees, yo no bailo.

-‎ay como no, tú me dijiste que bailabas frente al espejo, y ahí hay uno, ándale- se acercó a mí y me jaló del brazo logrando que me pusiera de pie

-‎s-si pero bailo hip hop y en mi casa, solo.-estaba muy cerca y pude notar su respiración chocando con mi pecho.

-‎bueno no hay problema, cambiamos la canción-antes de que pudiera decir algo tomó su celular y puso una de mis favoritas -ahora no tienes pretexto-sonrió malicioso y yo solo bufé

-‎en serio no quiero Emilio, no tengo ganas de bailar, estoy un poco cansado

Trataba de sonar tranquilo para que no notara los nervios en mi voz.

-Entiendo, pero, supongo que sería bueno que bailaras conmigo solo una canción ¿Que dices?- tomó mi mano y me miró con esa cara que Aristóteles solía poner para tranquilizar a Temo.

Lo más seguro es que yo lo estuviera mirando como un tonto, un tonto con orejas rojas.

-¿Solo una?

-‎solo una.

Fue por su celular y reconocí el ritmo

Un pequeño recuerdo vino a mi.

Había llegado un poco antes al foro, estaba en uno de los sillones y tenía algo de sed así que iba a pedir una botella con agua.
Escuché una voz a mi parecer muy bonita, iba cantando a capella...

-Dame de tu vida y de tu tiempo...

Amaba con mi vida esa canción, para mí había marcado mucho. Movió algo dentro de mi.

Seguí la canción, y reconocí el rostro de la otra voz.

Miré a Emilio quien me miraba con una tenue sonrisa en su rostro, tomó mi mano izquierda entrelazando nuestros dedos, dió un paso al frente, y con una cautela inmensa tomó mi cintura apegandome a su cuerpo, choque un poco con el por la rapidez del movimiento, jadeé, puse mi mano en su pecho, y lentamente la subí hasta su hombro.

Comenzamos a movernos de lado a lado, subí mi mirada para encontrarme con la suya, el me miraba atento, nos quedamos un rato así, dando vueltas al ritmo de la canción.

-Esta canción me gusta mucho-sonreí, ahora que lo veo de cerca, Emilio tiene labios delgados, son rosas pero se ven suaves, tan suaves que un deseo inmenso de tocarlos se hizo presente en mi. Sin quitar mi vista de ellos subí lentamente mi mano hasta sus labios, tocándolos por primera vez. Tembló y juro que pude sentir su corazón golpeando fuertemente su pecho. Pasé saliva duramente por mi garganta y moví mis dedos sintiendo más de la dulce textura de sus labios, sonrió achicando los ojos y frunciendo el ceño

-¿Q-que haces Joaco?

-‎¿Que no es obvio?

Mi voz salió en un susurro, más seguro de lo normal y el cambió su expresión a una que no pude decifrar.
Ahora sus dos manos estaban en mi cintura y yo tenía cada una en sus hombros.

-Eres muy bonito Joaquín, tanto que me apendejas.

-‎¿Porque lo haces?

-‎¿Hacer que?

-‎Esto, te la pasas diciendome cosas de este tipo siempre.

-‎es la verdad-su cara se tensó

-no te entiendo-

-‎Joaquin...

-‎no, Emilio, déjame hablar, desde hace días que no me dejas pensar bien, estás en mi cabeza

-‎J-joaco...

-‎Ya te dije que me dejes hablar Emil....

Y me besó.

Chachachá | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora