(1/?)
Por la mañana se hubiera sentido agotado, sino fuera porque la felicidad lo inundaba.
Recordaba las palabras de Emilio, recordaba sus palabras.
Recordaba los besos.
Y no podía sentirse más que completo. Cuando decidió hacer el desayuno para Emilio estaba seguro de que el mayor lo recibiría con la misma energía, en cambio, se encontró con un Emilio desconcertado, pálido y muy, muy crudo.
Trataba de poner su mejor cara para que si quiera le sonriera, pero Emilio apenas y podía distinguir la silueta de Joaquín.
Artículó un “buenos dias” y solo lo saludó con la mano, el pecho de Joaco comenzaba a apretarse, y sus ojos se cristalizaron un poco, sin embargo no quería hacerse ideas equivocadas por lo que no dijo nada más.-Te traje el desayuno- le tendió la bandeja con una sonrisa forzada.
-gracias- su voz sonaba ronca, tal vez por el alcohol o porque realmente no quería hablar.
Estaba muy incómodo, pero no por la presencia del menor sino porque apenas y recordaba como había llegado aquí, y esperaba no haber hecho ninguna pendejada.
Joaquín se levantó sin más, dejando a Emilio más desconcertado de lo que ya se encontraba.
Luego de comer, tomó su chaqueta y salió lo más rápido que pudo, necesitaba una ducha, un cambio de ropa y dormir, nada más.
Por su parte Joaquín no quería lamentarse, prefirió olvidar lo sucedido está mañana y seguir adelante.Solo que no tenía idea de lo que le sucedería.
A la mañana siguiente Juan Osorio citó al muchacho, y no se le veía nada contento.
Por su parte Emilio llegó pisando de puntitas por toda la casa, tomando una ducha fría y escondiéndose tras las cobijas de su cama, cayendo en un sueño que -por conveniencia- no debió haber sido tan pesado.
~'•~'•~'•
-Entonces ¿Dónde dice que lo vieron?....bien, si no importa...claro claro, hablaré con el...no se preocupe, está bien....si, gracias.
Tras su oficina se encontraba el hombre más duro que Emilio pudo haber conocido jamás, exigente y carente de cariño paternal, algo a lo que Emilio se había acostumbrado.
El hombre estaba más que furioso, estaba decepcionado.¿Cómo es que después de todos sus intentos porque su hijo fuera normal terminaron tan mal?
Y encima de eso, con el hijo de uno de sus mejores amigos.
Estaba hechando humo por las orejas, llamó a Joaquín.No había dejado de sonreír en todo el día, incluso cuando llegó a la oficina de su jefe, pero apenas y entró y el ambiente se había vuelto pesado y hostil a su al rededor.
Forzó una sonrisa antes de pedir permiso a pasar. De pronto las manos comenzaron a sudarle, un pequeño tic se instaló en su ojo derecho y apretaba constantemente los labios en señal de incomodidad.
No tenían llamado ese día, no hasta más tarde, la duda lo consumía pero el miedo también al no saber porque su jefe lo había llamado horas antes de su horario establecido.-¿Me necesita, señor?
Inquirió de manera lenta, tratando de suavizar sus nervios.
-Oh, Joaquín, hijo, toma asiento por favor.
Había algo en el semblante de Juan que impedía que Joaquín se relajara, tenía la mirada fría y pensante, contrario al tono de voz que había utilizado con el muchacho.
Joaquín se sentó, con el estómago dándole vueltas y las palmas de las manos picandole.-Te he dicho que somos amigos ¿No? Puedes confiar en mí.
-lo sé, señor, usted es como un padre para mí.
De repente un nudo apareció en su garganta, al igual que sus manos, los ojos comenzaron a cosquillear ¿Porque querría llorar ahora? No era tan débil como para flaquear ante una mirada fría.
Aunque no era cualquier mirada. Era la mirada de Juan Osorio, su jefe, y como había dicho antes, casi un padre para el.
Pero, el jamás se había sentido tan cohibido con su padre, el hombre sentado frente a él parecía más un extraño.-Entiendo por lo que has pasado, hijo -continúo Juan, intentando ignorar el mini colapso que Joaquín estuvo por tener.- pero no estoy aquí para hablar contigo de jefe a empleado, necesito hablar contigo, de padre a hijo ¿Comprendes?
Joaquín hizo un mohin, asintiendo de forma sumisa, diciendo después.
-me temo que no señor, no entiendo.
Juan soltó una risa amarga, en definitiva comenzaba a asustarle el hombre frente suyo.
Ignorando su mueca, se levantó de su asiento, comenzando a caminar por su oficina, impidiéndole a Joaquín el paso a la salida por si quisiera huir luego de que sus oscuros ojos lo mirasen una vez más.-¿Te has enamorado alguna vez? Joaquín.
Sonaba con desprecio su voz, aunque supo ocultarlo luego de dar una mirada menos aterradora al joven que estaba frente suyo.
-Creo, creo que sí- la voz de Joaquín sonó casi afligida, como si hubiesen estado ahorcandolo desde que llegó.
-¿Estás enamorado ahora?
Joaquín tragó duro.
¿Debería decírselo? ¿Estaba enamorado? ¿Estaba enamorado de Emilio? ¿Realmente lo estaba? Casi gimió ante el miedo que le dió, soltó un jadeo, y titubeó, abrió la boca y nuevamente la cerró al no saber que decir.
Con voz temblorosa, evadió la pregunta.-¿Porque lo dice señor?
-respondeme, muchacho. No soy un hombre al que le guste dar explicaciones.
-no comprendo porque le importaría saber eso.
-¿De qué tienes miedo?
-no lo tengo.
El valor que nació de él lo asustó pero no sé retractó. Su voz cobró fuerza, y según su conciencia, no debió de haber sonado tan arrogante.
Juan se acercó a él, intimidandolo, dándole una mirada helada; Joaquín casi se cae de la silla.-Tienes razón-agudizo la vista, tratando de ver dentro de los ojos de Joaquín, no logró ver nada más que miedo. Sonrió cínicamente, y casi se hecha a reír por la cara de confusión de Joaquín.- no me importa tu vida personal, pero me preocupo por mis actores, Joaquín. Últimamente te he visto distraído, con la cabeza en las nubes, solo necesito saber si estás así por eso, o si te ocurre algo más.
Un actor no me funciona si está distraído.Joaquín río nerviosamente ¿Entonces todo esto era por eso? Aunque el y apenas y había notado su cambio repentino, desde hace un par de meses que se había vuelto más distraído de lo normal, desde que el y Emilio...
Juan se alejó de el y le mostró la puerta a Joaquín con la cabeza.
-vamos muchacho, regresa a casa, descansa, hablaremos de esto después.
Sin decir nada, salió, con el corazón latiendole a mil por hora, con una duda más en la cabeza.
Le había dicho a Emilio que le gustaba, que sentía cosas, pero no sabía que era exactamente, quizá solo lo atraía, pero se sentía tan feliz en torno a él.¿Estaba realmente enamorado de Emilio?
Joder.
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Chachachá | Emiliaco
Novela Juvenil-"Este es nuestro momento, disfrutemoslo porque no sé si mañana te tendré en mis brazos y no me importa, solo quiero bailar contigo, es nuestra noche....canta conmigo nuestra canción, por favor" -|-|-|-|-|-| Esta historia contiene material explícito...