1. No me rendire

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Narradora

—Hijo ¿Conociste al hijo de los Hyuga? -preguntó la elegante dama.

—Si, es un cara larga -respondió sin interés, el omega desde su asiento.

—¿Cuánto más vas a seguir rechazando a los alfas? -preguntó mirando con preocupación a su necio y terco hijo.

A los quince años los omegas tendrían que tener elegido a su alfa, y el joven sentado enfrente a la bella mujer ya contaba con sus dieciséis y aún no pensaba en buscar o esforzarse en encontrar una.

—Las veces que sean necesarias -habló dando un bostezo —¿Porque tanto interés en este tema? Me abruman y es muy molesto -dijo bufando.

—Hijo, tu padre está muy preocupado, ¿Sabes que los omegas si pasan de los dieciocho el gobierno les busca pareja? Aunque seamos una de las más poderosas familias nos obligarán a emparejarte con un desconocido, es por esa razón que debes elegir, tampoco queremos que elijas a lazar, eres joven sal y conoce, no te obligaremos a casarte eso es seguro, así que confío en tu elección -terminó de explicar a su hijo menor lo importante que es tener una pareja.

—Tonterías, yo sabré cuando casarme -dijo con enojo mientras se levanta de su asiento.

La mujer suspiró derrotada por lo necedad de su hijo.

El azabache se dirigió a su habitación y de un portazo la cerró. Estaba aburrido de escuchar lo mismo "debes buscar pareja" odiaba eso. Lo bueno que sus padres no eran ingratos como para casarlo con cualquier alfa de clase alta.

Suspiró y se acercó al enorme ventanal que tenía en su habilitación donde podía apreciar el hermoso jardín. Sonrió al ver lo hermoso que era, a su madre le gustaban las flores, así que este contaba con las bellas y no decir raras especies.

Unos toques en su puerta lo sacaron de su pequeño mundo.

—Hijo mío, debes vestirte para el almuerzo, tu hermano nos acompañará esta tarde -el azabache se giró y sonrió, ya había pasado mucho tiempo en qué su hermano no comparte la mesa con él, el trabajo cada día era más pesado y al ser un alfa muy responsable no podía zafarse de sus tareas y obligaciones —Y... un amigo de papá también vendrá -al escuchar eso el azabache frunció el ceño e hizo una mueca de disgusto.

—¿Es enserio? -escupió molesto.

—No te pongas así, él es una buena persona...-trató la dama de sonar tranquila. Al contrario su hijo solo soltó una maldición.

—Demonios, no puedo creerlo, pensé que el tema ya había quedado -reprocha molesto.

—Esa boca -regañó —ya solo cambia...-el sonido de un auto parquearse interrumpió a la dama.

Sasuke disgustado miró hacia donde provino el sonido.

Un joven se bajó del auto y lo rodeó, no pudo ver su cara ya que contaba con la típica gorra de los chóferes la cual cubría por una gran parte de su rostro.

El joven abrió la puerta y de esta salió un elegante alfa, su cabello platinado peinado hacia atrás, llevaba un traje muy elegante la cual acomodó al salir del automóvil.

El alfa salido del automóvil hablaba con su chófer de un tema sin importancia. Pero como si sintieran la mirada de azabache sobre ellos, ambos se voltearon hacia el enorme ventanal donde el omega se encontraba.

Sus miradas se encontraron, ahora el azabache podía apreciar el rostro de aquel joven. Ese  brillo en los ojos azulados dejó al azabache perplejo, ese palpitante sonido en su corazón nadie, absolutamente nadie había podido provocar.

Sus mejillas se encendieron al momento que ese chico le regaló una sonrisa, una sonrisa tan linda y desde ese momento creyó que esa era la mejor sonrisa del mundo, ni la de su madre era tan maravillosa como la que le había dedicado aquel extraño.

Sabía muy bien que él era el elegido. Corrió hacia abajo dejando a su madre confundida.

El chico bajó las escaleras corriendo y por poco cae en la última grada.

Salió de su enorme casa al jardín. El alfa platinado miro al lindo azabache y fue a su encuentro pero el omega casi pasando encima de él llegó a su destino.

El rubio contempló la belleza del omega y no dudó en regalarle una sonrisa.

—Hola -saludo con voz encantadora el rubio —que gusto me da conocer a más lindo omega -sujetó su mano y dejo un suave beso en ella.

El omega no daba crédito lo que sus ojos apreciaban, ese alfa era perfecto, desde sus brillantes cabellos rubios hasta los bien lustrados zapatos.

Todos miraban perplejos la escena, y la madre del omega casi se desmaya al ver a su hijo sonrojado hasta las orejas por culpa de un alfa.

—¿Bueno de que me perdí?  -susurró el platinado al ponerse de pie ya que el omega lo lanzó lejos al pasar.

—Es una escena de película -dijo maravillada la madre.

—Naruto -llamó el platinado al joven.

El chico al oír su nombre apartó de mala gana las manos del pequeño omega.

—¿Si jefe? -preguntó tratando de no sonar molesto, pero falló, su alfa gruñó por a ver quitado la atención de la hermosa criatura que estaba enfrente.

—Ya puedes irte, te marcare cuando vengas por mi -eso no fue del agrado del omega, claro que no, estaba frente a mas hermoso y perfecto alfa para que un desconocido lo apartara de su lado, se giró y miro con odio al dueño de la voz que acaba de interrumpir su momento.

—Mire viejo, yo soy el que diré a qué horas se tiene que ir -casi grito pero no quería que el alfa se llevará una mala impresión de él.

—Disculpe joven pero mi jefe me ha dado una orden -escucho a su espalda hablar un poco tímido a Su alfa.

—Tu no te metas, como dije yo diré a qué horas te vas ¿Entiendes?  -mando el azabache, miro con el ceño fruncido al rubio la cual ni se molestó por la forma que le habló el omega.

El omega se avergonzó por su forma de hablar, pero al ver que el rubio solo sonreía quedo embobado.

—Lo siento -se disculpó el rubio, se acerco al azabache y volvió a tomar su mano para dejar un beso —nos vemos lindo omega -se despidió.

El azabache olfateó el aire quedando fascinado por el olor fuerte a café y a tierra mojada que desprendía el rubio.

Mio dijo su omega ronroneando en su interior.

—nuestro -repitió.

Lo encontró y no dejaría que se fuera de sus manos, sabía muy bien que ese alfa era suyo y no perdería la oportunidad para dejar en claro que ese rubio le pertenecía.

Porque claro, el era Sasuke Uchiha y un Uchiha no se daba por vencido.

Continuara...

Gracias por leer! 2

-H 🍉

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora