Sasuke respiraba con lentitud, su saliva se atoraba en su garganta. Se miro al espejo una vez mas y mordió su labio inferior con fuerza para no sacar un grito de horror.
A sus ocho meses se veía peor que una ballena- era obvio que exageraba- pero nadie lo culpaba, él ya se había a acostumbrado a su delgada y fina figura.
No todo dura para siempre, se decía y sentía cierta nostalgia, sabía que su alfa no lo dejaría de amar solo por volverse gordo. De cierta forma, la belleza algún día llegaría a su fin.
Era joven pero le aterraba continuar creciendo. Se volvería viejo y amargado como su padre o como su madre que era más hostil por la menopausia.
No debe preocuparme se animó. Aún faltaba mucho para llegar a esa etapa de la vejez, ya que tampoco llegaba a ser adulto.
Pero como todo adolescente, y peor, en cinta, las dudas lo mataban. Desde que era pequeño siempre observaba a omegas en cinta y ellas lucían desanimadas como si no desearan tener a ese hijo. Ahora sabía del porque. Aquellos omegas solo eran obligados a comprometerse, sin amor ni romance. Para ellos esos sentimientos eran vanos.
Agradecía que su alfa apareciera o si no su vida sería igual de triste que esos omegas.
Salió de la habitación, haría quitar todos los espejos que se burlaban de él para que no lo atormentaran. Desde hace un mes su alfa lo cambio de habitación, una en la planta baja de la casa. Las escaleras podían ser peligrosas.
Llegó a la cocina para buscar algo de comer, una empleada preparaba la cena y se percató de la presencia del menor.
---¿Lo puedo ayudar? -pregunta con amabilidad la mujer.
Sasuke piensa exactamente que es lo que se le antoja.
---Quiero un pastel de fresas y quiero un té de cerezos - la mujer asiente ante el pedido.
Sasuke toma asiento y acaricia de vez en cuando su enorme estómago. El timbre suena y el omega se extraña. Nadie le aviso que vendría de visita.
Se levanta y camina a la sala para ver quien ha llegado. Sus ojos se abren por el asombro y su boca se seca.
---¿Que hacen aquí? - se limita a preguntar.
La pareja presente le regala una sonrisa.
---Sentimos molestarte, Sasuke -inicia el alfa.
---¿Que hacen aquí? -vuelve a preguntar.
---Pensamos en venir a verte. Eres el omega de mi hijo y queremos dejar todo por la paz. Como sabes ya ganaste así que ¿qué más podemos hacer? -dice el rubio con una sonrisa que muestra sus dientes.
---No sabes lo arrepentidos que estamos. No actuamos como adultos y te insultamos, quiero que nos perdones, Sasuke - se acerca la mujer y le tiende la mano.
Sasuke duda mucho pero como ellos mencionaron ¿que más podían hacer? Naruto ya era suyo y ya nadie podía separlos.
Así que tomó por primera vez la mano de la omega. Ella sonrió y lo abrazó o bueno lo intento.
---Estas hermoso, un pequeño Uchiha crece en tu vientre - dice con emoción la mujer y acaricia su vientre.
El alfa solo le limita a observarlos con una mediana sonrisa.
---Aún no me caen bien pero trataré de no insultarlos -avisa Sasuke.
La pareja asiente y Sasuke los invita a la sala a tomar el té.
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Mi Alfa
Fiksi PenggemarOmegas, tan lindos y sumisos. Pero no era el caso de ese Omega azabache, era hermoso, lo era, pero de sumiso ni el cabello de su cabeza. Cualquier alfa que busca su atención termina con una patada entre sus piernas. Pero al momento que lo conoció a...