Epílogo

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~~10 años después~~

El rubio mantenía la mirada fija en la carreta, está retrasado en una importante reunión y su teléfono no deja de sonar. Recordandole sus obligaciones.

El tránsito era horrendo y ya pasaba el horario de la hora pico, es como si el mundo hacía todo lo posible para que no llegará a tiempo.

---No, no, no, ¡joder, no! -grito cuando su auto se apagó.

Golpeo con todas sus fuerzas en volante, estoy tan cerca se dijo negando. Sólo una cuadra más y estaría en la empresa. Dejo caer su cabeza entre sus manos y maldijo mentalmente.

Sacó un pequeño grito de frustración y busco entre su bolsillo su teléfono, sonrió al ver el fondo de pantalla su familia, su omega y sus dos hijos sonreían viendo fijamente la pantalla.

Toda aquella pesadilla estaba casi en el olvido, pero de cierta forma seguía presente. Tardaron en recuperarse, dos años después volvieron a tener un hijo. Boruto con ocho años y su hija de cinco, esas tres personitas eran su todo, su mundo.

La vida los recompensó luego de esa gran perdida. Muchas cosas cambiaron a lo largo de los años. Como por ejemplo sus padres se alejaron casi por completo, los veía de vez en cuando pero era rara la ocasión. Y los padres de su omega ya no lo presionaban con trabajo forzado.

Se graduó con honores junto a su fiel y gran amigo, Kiba. El beta se casó apenas tres años atras y trabajaba con él como uno de sus socios.

Itachi, bueno él y su, ahora esposo, Deidara, manejan una compañía de construcción, les está yendo bien, muy bien, para la opinión de Naruto.

Y Sasuke. Ahora es un excelente padre, cuida de sus pequeños y es extremadamente protector y Naruto no lo culpa.

Con un suspiro sale del auto y marca a una grúa para que venga por su coche, no puede dejar su auto abandonado. Luego marca a su asistente para informarle su retraso.

No pasa ni diez minutos cuando la grúa llega, se limita a sacar sus cosas del auto y con un agradecimiento al sujeto que se encargará de su auto, toma rumbo a la oficina. Sus pasos son apresurados para no tardarse más de la cuenta.

Al doblar la esquina choca con un cuerpo muy pequeño, por sus rápidos reflejos toma al niño de la mano para impedir su caída. El pequeño de quizá diez o nueve esta con los ojos cerrados, posiblemente esperando el golpe.

---¿Te encuentras bien? -pregunta el rubio, preocupado y soltando con lentitud al pelinegro.

El azabache abre los ojos y sus ojos azules se centran en los brillantes ojos del adulto. Naruto sintió un escalofríos recorrer por su espalda y un extraño sentimiento surge de pronto.

---Lo siento...no me fijé - se disculpa el pequeño, mordiendo su labio inferior.

Naruto salió de su trance y agitó su cabeza rápidamente, en sus labios se formó una sonrisa y el pequeño azabache se la regresó. Ambos se miraron por varios segundos, sus ojos del mismo color se fusionadaban en uno solo, dos mares completamente iguales.

---No te disculpes, solo ten más cuidado -recomienda el rubio con simpatía.

El niño asiente con euforia y se sobresalta cuando recuerda la razón por la cual corría. Mira sobre su hombro y en efecto, unos tipos que conocía muy bien lo seguían a pasos agigantados.

Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora