Bizarro, pero entretenido

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Bizarro, pero entretenido

-Sé que debemos salir de la cama, pero no me apetece – una rubia con el pelo despeinado se movió suavemente acercándose más a la morena que descansaba en sus brazos - ¿de veras hay que hacerlo?

Regina se giró y besó suavemente la protuberancia de la clavícula de Emma – si – expresó sin separarse de ella.

-Eso que haces no me convence mucho – anunció Emma con los ojos cerrados.

-¿Aún no te has saciado de mí? – preguntó Regina, la otra mujer solo negó – ¿ni con las tres veces de esta mañana?

Emma abrió los ojos - ¿has llevado la cuenta? – dijo curvando una ceja.

Regina carraspeó – verá Señorita Swan, hay cosas que vale la pena cuantificar – mencionó tratando de sonar indiferente como si estuviera haciendo una investigación estadística.

Emma la acercó a ella y la observó con picardía - ¿y no has contado acaso todos los...? – No dijo la palabra pero el pestañeo de Regina respondió a la pregunta implícita – sí, sí que los has contado.

-Tal vez – soltó vagamente Regina tratando de disimular sus emociones

-Está impresionada Señora Alcaldesa – se regodeó Emma y añadió - ¿y aun así estás satisfecha?

-Yo no dije eso nunca – se defendió Regina – solo le pregunté si usted lo estaba o no lo estaba.

-Yo nunca lo estaré – Emma se perdió en el sendero del escote de Regina - ¿cómo podría? – Fue dejando besos cada vez más húmedos - ¿te has visto en el espejo? –Preguntó mientras sus manos escalaban por el torso de la morena – estás muy buena.

Regina reprimió una risilla sin éxito – Swan – le señaló el teléfono móvil que reposaba en la mesa de noche – por mucho que lo que hace es muy tentador, Henry dijo que se pondría en camino después de las 11 y son las 10:50 – consiguió apartar con muchas quejas a Emma y se puso de pie – aún debemos darnos una ducha.

-¿No puedes solo ponernos decentes con tu magia? – Emma miraba al techo con pocas ganas de levantarse.

-No sea perezosa, Señorita Swan – sentenció - además, ¿seguro que no quiere ducharse? – de inmediato Emma dirigió su mirada hacia ella encontrándose a una desnuda morena esperándola en el marco de la puerta del baño. Tardó media fracción de segundo en llegar hasta allí – me lo imaginaba – aseguró Regina, mientras cerraba la puerta.

Henry llegó unos 3 minutos después de que por fin salieron de la ducha. Así que todos juntos prepararon el almuerzo aprovechando las bagels que envió Snow y también incluyendo café para las recién levantadas. Lo cierto es que cuando Henry decía hablar los tres se refería a testear la nueva situación de sus madres, comprobar cómo funcionaban juntas y que lugar le tocaba a él en este asunto. El resultado fue un almuerzo bastante risueño y un buen presagio para los días por venir.

-Me alegra que estés de vuelta, Má – le dijo Henry a Emma cuando los tres disponían los trastos en el lavavajillas – la otra Emma me daba mal rollo – subrayó– no sabía cómo acercarme a ella.

Emma le dio un beso en la frente – yo también estoy contenta de cómo se dieron las cosas – sonrió livianamente – aun así en la otra Emma seguía estando yo, siempre intentando acercarme y fallando, pero yo al fin de cuentas.

-Lo siento – se disculpó el joven – al menos alguien logró acercarse de entre todos nosotros, diría que hasta más de la cuenta, ¿verdad mamá? – añadió mientras le guiñaba un ojo a Regina que lo amonestó algo abochornada.

Paint it black (Swan Queen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora