Capítulo 15. 1ª parte: Un recuerdo y el infierno

827 93 13
                                    

Intenté abrir los ojos, estaba tan mareada que apenas era capaz de mantener la cabeza recta, cada bocanada de aire se convertía en una punzada de dolor justo en el centro de la nuca, la cual notaba húmeda e incluso pegajosa. Quise tocar la zona con cuidado, pero después de unos segundos de forcejeo comprendí que mis manos estaban atadas al respaldo de la silla en la que estaba sentada. Volví a intentar abrir los ojos para averiguar qué estaba pasando, pero la luz me cegó provocando que volviera a caer con brusquedad y el dolor se acentuara.

Vi varias piernas a pocos centímetros de mí, pero era incapaz de alzar la mirada para comprobar quienes eran, mi cuerpo estaba dolorido y exhausto, no supe lo que me ocurría hasta que los recuerdos comenzaron a invadirme, en un principio era como un puzle borroso sin armar. Lo último que recordaba era unos pasos detrás de mí y un fuerte golpe en la cabeza con un objeto duro y frio que me hizo perder el conocimiento.

Cuando conseguí mantener los ojos abiertos más de cinco segundos seguidos, me percaté de un pequeño charco de sangre junto a mi pie izquierdo, creí que era mía, pero seguí el rastro hasta ver otros pies atados cerca de mí, con la poca energía que tenía conseguí levantar la cabeza y vi a Daniel atado a una silla inconsciente o muerto, no lo sabía. Su ropa estaba ensangrentada, tenía la cara destrozada, cortes en los labios, en los pómulos y moratones en la frente, debajo de la nariz sangre seca al igual que en el ojo izquierdo.

—¡Daniel! —grité horrorizada intentando acercarme a él, haciendo caso omiso al intenso dolor que acuchillaba mi cuerpo con cada movimiento desesperado por llegar a él, seguí tirando y tirando con la energía que el miedo a perderlo me había inundado. Sentí como las cuerdas que rodeaban mis manos me desgarraban la piel, pero aun así no me detuve. No dejé de llamarlo, pero no reaccionaba, parecía un cuerpo inerte que se mantenía sentado en la silla solo porque estaba atado.

—Tu novio es un hombre duro —por primera vez desde que recobré el conocimiento escuché una voz. Dejé de forcejear e intenté dirigir la mirada hacia la persona que habló. Nunca había visto una imagen suya, pero no la necesitaba para saber que aquel hombre alto, extremadamente delgado, rapado y una barba frondosa más oscura que el carbón que se sostenía con un bastón era Conte —. Mis hombres se han empleado a fondo y aun así no han conseguido que diga ni una palabra.

—Lo has matado —susurré derrotada. Volví a dirigir la mirada hacia Daniel y los ojos se me llenaron de lágrimas ante la impotencia de tenerlo tan cerca y no poder tocarlo, mi amor, al que finalmente protegernos le había costado la vida.

—Tranquila, solo se ha desmayado, aun no morirá, primero nos tiene que decir donde está escondido la rata traidora de tu hermano —conocía esa voz. Miré en todas direcciones hasta que de las sombras apareció Marta. Al verla posicionarse al lado de Conte con esa sonrisa triunfante, un ramalazo de colera me inundó, intenté nuevamente forcejear para liberarme de las cuerdas, pero lo único que conseguí fue lastimarme más.

—Siento que mi sobrina te haya traído aquí —Conte pasó un brazo por los hombros de Marta y la acercó a él para depositar un beso en su mejilla.

—¿Qué? —no conseguía reaccionar después de semejante escena, ni siquiera sabía si seguía respirando.

—Yo creía realmente en la justicia, apenas hacia un año que había conseguido entrar en el cuerpo, pero cuando mi primo murió por culpa de tu hermano y la negligencia de la policía, me desengañé y recordé que la familia es lo primero. Son tan idiotas, solo tuve que encerrar a unos cuantos traficantes por debajo de mi tío para que me metieran en el caso.

—¿Cómo lo has sabido?

—¿Lo tuyo con este? —le lanzó una mirada de asco a Daniel—. Bueno, si lo que querías era mantenerlo en secreto no debisteis montároslo en el baño de un restaurante —esbozó una sonrisa que me habría encantado borrarle a golpes.

Jugando con fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora