¿Qué hacia Zoro a unas horas de año nuevo circulando por las fraternidades de una universidad? Control de daños.
Su hermana Kuina que ya no tenía nadita de inocente, cometió la grandísima estupidez de hacer un video porno con su inmaduro y descerebrado novio, ahora que habían terminado el la amenazaba con subirlo a las redes si no volvían y no conforme con eso, la acosaba. El y Mihawk habían tenido mucha paciencia, pero todo exploto cuando tuvieron conocimiento de que esa grabación existía, Mihi tomo cartas en el asunto e informo a las autoridades y consignaron una orden de restricción, le daba terror dejar a su hermanita salir sola al puto patio por si el maldito demente estaba esperándola. Su padre y Shanks le pidieron calma, pero estaba cansado, iba a acabar con el problema por sí mismo, apretó la correa del bolso en el cual llevaba sus implementos para los entrenamientos de baseball, el único que iba en su interior ese 31 de diciembre era su bate de aluminio Louisville Slugger, 30 pulgadas de largo que en sus manos se tornaban letales fuera para hacer un jonrón o para romper los huesos de un idiota. Un jalón lo saco de su mundillo en el que hacia sufrir al exnovio patán loco de una de las luces de su vida.
–Zoro no lo hagas.
–No te metas en mi camino Luffy.
–Tu libertad no vale un tonto chico dañado.
–Pero la tranquilidad de ella si la vale.
–Se le pasara.
–Van ochos asquerosos meses de esto Luffy. Ninguno duerme, deja notas, la sigue. No va a parar.
–Hagámoslo mañana, lo ataremos a la estatua de Sengoku desnudo, así empezaremos el 2019 de buena forma –palmeo su hombro siendo puras sonrisas al contrario de su declaración.
–Yo no quiero hacerle una broma pesada, quiero pulverizarlo.
–Bro, hazme caso por favor.
–¡LUFFY! –Usopp los abordo con salvajismo, tomándolos a los dos de las muñecas–. ¡Qué bueno que estas aquí Zoro!
–¿QUÉ CHINGADOS TE PASA NARIGOTAS? –cohetes y traki-traki bañaban la avenida de residencias con ruido.
–¡Te explico luego! ¡Sanji esta ebrio, un pervertido se sobrepasó con Nami y-!
–¡CORRAN, CORRAN!
El pelinegro los dejo atrás. Zoro elevo una ceja confuso.
–¿Quién es Sanji?
–Cierto –paro repentinamente–. Ya no hay que correr, Luffy se encargara.
–Cobarde.
–Precavido –aclaro el errado término del otro
–Escúpelo.
–Ah. Sí, sí. Lo conocimos hace unas semanas, es muy guay y cocina como los dioses, te caerá bien.
–Lo dudo.
–¿No vas a cambiar chiquillo amargado?
–Que ustedes sean uno o dos años mayores que yo no los hace cool. Además, ya te pase, enano narizotas. Y con la edad no llega la madurez mira los aprietos que han traído las tonterías de Kuina.
–Mira quien habla mutante.
No olvido su razón de estar en el campus, pero era consciente de que no tenía ni idea donde podría hallarse el hijo de perra. Entraron al caminillo de una vivienda con un jardín cuidado y personas fumando y bebiendo, cantaban y los ebrios se felicitaban habiendo olvidado la noción del tiempo. Al pasar la puerta el desorden era peor, jugaban, apostaban, empezaron a retarse; el reto consistía que el primero en ir y despertar a Akainu ganaría 600 dólares, dinero, cambio de dirección hacia la mesa de ping pon para unirse.
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7 relatos salvajes || One Piece Week 2019
Rastgeletú, entra. Primera vez participando en esto de one piece week, ustedes disfruten. One Piece Week 2019