El Santo se despertó en tierra húmeda. Con una lágrima de odio muriendo en su mejilla, voló hacía la madre tierra.
Mientras, bajo el mar, Rut buscaba a su querida musa.
Se dejó engullir y permitió al agua apoderarse de sus pulmones.Negra y azul, con lágrimas negras y azules, la diosa de los mares, lloraba de júbilo cuando su amante abrió los ojos.
Al fin.
Al fin juntas.Las sirenas, guardianas del corazón del océano, acompañaron a su divinidad hasta las costas de Somone.
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Lemme bring u back.