Ángel Perdido |YoonJin| #1

Capítulo 13

¿Has caído a una piscina, sin saber nadar? Esa sensación de hundirse más y más, dónde no visualizas un fondo y tus ojos abiertos ardiendo contemplan un infinito grisáceo y denso, la decepción es una mezcla de una quemadura y un profundo limbo, de inicio puedes gritar, llorar, humillarte y odiarte, después llega la piscina, ese mar sin fondo donde contemplas todo por fuera, dónde ves tus errores y puntos débiles donde ves la oportunidad de rechazar o hablar, pero...no puedes hacer nada, mi cuerpo dolía y pesaba como aquella primera noche en la jaula roja así solían llamarla las otras blancas del lugar no me gustaba esa etiqueta, es más la odiaba y odio aún, Luca era el nombre de la chica que murió esa noche era extranjera, española tenía a lo que me han dicho 19 años era su año sabático cuando la secuestraron.

-Jin tienes que despertar- su voz era frágil, una que solo mostraba ante mí, el rubio sostenía mi mano y tal vez incluso me atrevo a señalar que algunas lágrimas traicioneras lo acompañaban.

Nosotros no somos amigos comunes, nosotros nos mostramos fuertes y burlones, pero cuando uno cae el otro también lo hace, somos como fichas de dominó que juntas se apoyan, pero al primer trastibeo de una la siguiente cae y por mal que suene me alegro que sea así, se lo que es tener amigos que quieran que salgas adelante que te animan, que te digan que no es la gran cosa y que podrás con eso, pero es espectacular cuando un amigo te escucha, te comprende y llora contigo, es mejor sacarlo todo para poder continuar pero hay cosas que... por más que te deseemos olvidar nos persiguen

Me encuentro en la arena, busco sin fin a mi chico ya que el sonido sordo de una bala me ha despertado, pero realmente no estoy ahí ni siquiera él lo ésta, pero duele, duele porque veo todo de fuera.

-Soy Jimin- murmuran a mi lado, solo lo ignoro y continúo abrazando mis piernas en posición fetal mirando la puerta, esa maldita puerta roja, siento como se colocan a mi lado y el sonido de un suspiro llega

-Les llaman "Jaulas rojas", antes que tú había una chica su nombre era Sunmi, tenía trece- levanto la mirada y me sorprende encontrarme con aquel castaño, ya no vestía shorts ni esa horrible camiseta, portaba un pans negro y una camiseta blanca –vamos ¿Cuál es tu nombre? – había tristeza en su mirada, pero por alguna razón no era una mirada de lastima si no de comprensión

-Me llamo Kim SeokJin- solloce sin lágrimas, ya se habían terminado

-Bueno, de ahora en adelante llámame mejor amigo- sonrió orgulloso y yo negué

-Tienes que despertar, vamos- rio, sí, la vida fue una mierda conmigo, pero al menos me regalo un amigo como tú

-Agente Min- burlé levantando la copa de vodka mientras un arma apuntaba a mi cabeza –¿desea acompañarme con una copa? - su rostro era simplemente hermoso, pulido por dioses sin duda, piel pálida y cabellos azabaches, mordí mi labio - ¿siempre porta tan bien el uniforme? - aun me encontraba sentado, nos encontrábamos en uno de los clubs de venta de drogas, un apartado decorado con colores vinos y dorados con apariencia elegante que causaba burla

-Cállate o te volare la cabeza- su voz sonaba firme pero su mirada, esa mirada me desvestía

-Puedes hacerlo, no importa, creme incluso me harías un favor- sonreí para ponerme de pie y acercarme – ¿un trago? – el cono del arma tocaba mi frente, Min permanecía serio mientras acercaba la copa a sus labios, dispararía lo haría, entonces bebe

- ¿Hacerte un favor? - sonaba enojado y algo dentro de mí se ilumino algo tan marchito como una vela que lucha por no ser consumida

-Ese no es su asunto comandante Min- di un paso atrás –adiós-

- ¿Crees que te dejaré escapar? - gruño tomando mi brazo para que no pudiera avanzar más. Gire a verlo

-Ha venido aquí por más de una semana, al mismo apartado, a la misma hora, me ha apuntado con esa arma como diez veces y ni un tiro a salido, a eso hay que sumarle que mi rostro no encabeza los periódicos ni noticieros- posé mis ojos en el más bajo y un leve rubor tiño sus mejillas él no me veía

-Largo-

-No- me coloque frente a él al mismo tiempo que bajaba el arma –te he dicho muchas veces que me harías un grandísimo favor si disparas-

-No lo haré- habla rápido y por fin sus perfectos ojos se posan en los míos

-Lo importante es ¿por qué? -

Realmente todo fue lento, el como aquella arma cayo y unas manos firmes se posicionaron en mi cintura, el cómo mi piel vibro con la contraria y el cómo sus ojos profundos me atacaron y desvistieron, el cómo poso sus labios sobre los míos en un beso lento.

La luz es fuerte, blanca

- ¡Jin! - es Jimin trato de sonreír, pero después lo enfoco a él. Min tiene el ceño fruncido y ojos cristalinos suspira y besa mi frente

-Nos has dado un buen susto- su voz es suave y quebradiza, su frente se encuentra sobre la mía y sus respiraciones lentas bañan mi rostro

-Debo hablar contigo- confieso buscando sus ojos

-Tranquilo- niego. Él está preocupado lo puedo ver

-Jimin, ¿puedes estar aquí cuando él se vaya? – asiente rápidamente, Jeon esta a su lado serio y con brazos cruzados

-No me iré- reta el pelinegro mirándonos a ambos mientras yo le sonrió y mis socios salen de la recamara

Es la habitación de Jimin, una cama matrimonial y un par de muebles adornan el lugar, no hay fotografías solo una frase

Never Mynd

-Perdón- indico mirando los ojos contrarios que solo se cierran para tomarme en un fuerte abrazo

-¡Dios Jin! No sabes cuánto me has asustado- comenzó para alejarme un poco y tocar mis mejillas –Jimin me ha llamado me dijo que llevabas más de veinte minutos inconsciente ¡carajo! - una sonrisa traicionera cae

-Estoy bien, lo siento-

- ¡Calla! ¿sabes cómo me sentí? - comenzaba a alterarse y parecer un tierno bebé molesto –he pensado lo peor quería llamar a un médico, pero no podía- me mira frustrado para limpiar sus lágrimas –no puedes hacerme esto de nuevo-

Yo niego y lo beso un beso lento, llevando mis manos a su nuca y mis dedos acariciando sus cabellos mientras mi lengua recorre su cavidad oral

-Quiero hacer esto contigo, te quiero a ti- confieso y él asiente.