Temporada 5
La recta final ha llegado, solo quedan dos sellos y para la suerte de los jóvenes nuevas fuerzas se han unido a la pelea, sin embargo tendrán que combatir contra algo que jamas imaginaron.
El Apocalipsis ha llegado, y las esperanzas caen...
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Momentos después...
Instituto General de Danfield Ville.
Los jóvenes habían ido al instituto para cumplir con su obligación unos momentos después de que Josh despertara. Todos pasaron la jornada normalmente: talleres, clases, prácticas, un receso normal, sin tocar el tema del apocalipsis, simplemente lo tomaban sin afán. El timbre sonó para que todos volvieran a clase. Todo transcurrió con normalidad.
Por otro lado en Danfield...
Lilith se encontraba en el balcón de su dormitorio mirando hacia la ciudad. Sartorius estaba a su lado, recibiendo toda la brisa en su rostro. — Estoy impaciente —comentó Lilith.
— ¿Por matarlos o por ver que hará el chico vampiro? —preguntó el anticristo.
— Las dos cosas, pero más lo que hará el chico... me llama mucha la atención.
— No vayas a encariñarte, recuerda que deben morir.
Instituto General de Danfield
Josh, Alex, y Dom estaban en medio de la cancha de futbol terminando la sesión de entrenamiento, en las gradas estaban Brenth, Malia, Lissandra, Sky, Teresa, Dahlia, Alice, Claire y Julls mirando hacia los chicos.
Josh golpeó la pelota con fuerza lanzándola hacia el arco, chocando el travesaño, impactando en el césped y posteriormente entrando entre los tres palos.
— No sabía que Josh jugaba así —comentó Teresa.
— Él y Gareth son los mejores jugadores que tiene el instituto, o al menos... ahora solo Josh —dijo Malia.
— Es una lástima que sea el último año... —Lissandra sonaba melancólica por todo lo que han vivido juntos.
Finalmente el último timbre sonó, indicando que la jornada de clases había terminado.
Josh y compañía fueron hacia donde estaban las chicas agarrando sus maletas.
— ¿Estamos listos? —preguntó Alex.
— ¿Hora? —Josh miró a Teresa mientras guardaba sus zapatos deportivos en su maleta.
— Dos de la tarde... —contestó Teresa.
— Tenemos seis horas para prepararnos, arreglarnos y estar listos para el último asalto.
Sky miró a su novio con una sonrisa. — Si, Alex... estamos listos.
***
Lucifer estaba de pie rodeado de cenizas mirando al cielo, era rojo; era un sueño, uno más, pero éste era diferente, pues mostraba las cosas de un lugar distinto. El centro de Danfield que siempre era transcurrido, ahora estaba vacío, desierto, ni una sola alma, no había nadie. Los edificios estaban destruidos, las calles fragmentadas, varios cadáveres esparcidos por el suelo.
