Temporada 5
La recta final ha llegado, solo quedan dos sellos y para la suerte de los jóvenes nuevas fuerzas se han unido a la pelea, sin embargo tendrán que combatir contra algo que jamas imaginaron.
El Apocalipsis ha llegado, y las esperanzas caen...
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Era un nuevo día, un lunes como cualquier otro, o al menos eso era lo que todos querían hacerse creer.
El cielo se mantenía de aquel color que pareciese como si toneladas de sangre hubiesen dibujado lo que alguna vez fue el celeste que cubría el día; pero era un nuevo día, tranquilo a su parecer. Los estudiantes habían vuelto a clases, eran las primeras semanas de Noviembre, lo que significaba que estaban en la recta final del año lectivo, pronto volverían a exámenes.
El instituto estaba lleno de nuevo, transitado por varios vehículos, pilotados por padres que dejaban a sus hijos para su regreso a clases. Los pasillos del instituto estaban llenos, todos buscando a sus amigos con el fin de contar de todo lo que hicieron en aquel receso de casi un mes y de todo lo que han vivido en los últimos días.
Dahlia, Lissandra, Malia, Dom, Julls, Alice y Claire caminaban juntos por los pasillos buscando a su grupo, sus expresiones faciales reflejaban tranquilidad, no habían tenido problemas sobrenaturales en las últimas horas y eso los mantenía relajados pero alertas de todos modos. A lo lejos vieron a Josh, Teresa, Rose, Alex, Sky y Brenth por lo que rápidamente se acercaron a ellos hasta quedar frente a frente.
— Bien... ya saben —dijo Malia—, iniciaremos normalmente pero sin bajar la guardia... aquí tanto nosotros como todos los estudiantes, somos puntos blancos.
— Y un punto blanco muy grande... —comentó Brenth.
— Mantengan sus ojos abiertos, estudien lo más que puedan pero si algo pasa, primero saquen a todos del instituto —dijo Josh.
El timbre sonó, ya era momento de reanudar las clases. Los jóvenes se separaron para dirigirse a sus respectivos salones de clase, a sus respectivas clases.
*** Finlandia
La granja poseía un campo muy amplio, para que tranquilamente se pudiese instalar otro granero y un huerto más. La casa poseía planta baja y primer piso, no muy lejos de la granja había un arroyo que se extendía a lo largo de una de las montañas hasta posiblemente conectar con un lago, era muy amplio, parecía un rio; encima poseía un puente de piedra que permitía conectar con el otro lado.
La granja estaba activa, un señor se encontraba cosechando maíz para guardarlos en sacos y poder venderlos. Atrás de la casa se encontraba un pequeño niño jugando con un balón de futbol, el cual tenía el aspecto del balón oficial del mundial de aquel año: Alemania 2006.
El niño demostraba un buen control con el balón, sin mencionar la habilidad que poseía, pateaba como si fuese un profesional de las ligas mayores para su corta edad. La adrenalina y la cantidad de energía que estaba usando en ese momento, no le permitía darse cuenta de la cantidad de rocas que habían en el suelo, por lo que sin poder percatarse, mientras pateaba el balón, perdió el equilibrio y cayó al suelo, para su suerte no se hizo daño alguno; cuando se levantó, busco el balón con la mirada, encontrándolo a lo lejos, y a los pies de un señor con vestimenta oscura, traje negro y una camisa blanca sin corbata. El niño algo tímido se puso de pie y se dispuso a ir por la pelota a paso lento.
