Temporada 5
La recta final ha llegado, solo quedan dos sellos y para la suerte de los jóvenes nuevas fuerzas se han unido a la pelea, sin embargo tendrán que combatir contra algo que jamas imaginaron.
El Apocalipsis ha llegado, y las esperanzas caen...
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El sol comenzaba a surgir del horizonte marino, sin embargo el color carmesí se mantenía sobre en el cielo, el centro era un caos. La mitad de un edificio aún se mantenía en pie mientras que la otra mitad se encontraba sobre la calle y algunos fragmentos encima de otros edificios que estaban ubicados en la zona. Ambulancias, equipos de rescate y bomberos estaban por todas partes, no habían logrado encontrar una manera de ayudar a las personas que se encontraban atrapadas entre los escombros, las esperanzas se acababan y poco a poco comenzaban a aceptar que aquellos que se encontraban debajo de los edificios ya estaban muertos.
Un vórtice de energía se abrió, del cual salieron Josh, Dahlia y Teresa; frente a ellos estaban Iván y Rose, los cuales no tardaron en darse cuenta de la presencia de sus amigos.
— ¿Qué hacen aquí? —preguntó Iván.
— Dahlia quería verte —contestó Josh—, estaba demasiado preocupada.
— ¿Cómo van? —dijo Teresa acercándose a ellos.
— Hemos estado aquí desde la noche, no pudimos hacer nada —Iván miraba los escombros.
— ¿Cuántos?
— Suponemos que todos... —contestó Rose—, la explosión fue grande, estábamos lejos de aquí y aun así sentimos la onda expansiva, si les soy sincera... no creo que hayan sobrevivientes.
— ¿Cómo estás? —preguntó Dahlia a su pareja.
Iván la recibió con un cálido abrazo. — Sinceramente, angustiado... ocultamos a un par de personas anoche para mantenerlas a salvo, creemos que lo conseguimos.
— Sin embargo nosotros no corrimos con la misma suerte —comentó Rose—, cuando terminamos de ocultar a las personas, nos topamos con dos jinetes.
— Peste y Hambruna —agregó Iván—, tuvimos que tomar otro camino, caso contrario hubiésemos tenido que enfrentarlos y estábamos muy débiles como para tener un combate con ellos.
Rose giró su mirada hacia el sur encontrándose con el brillo del sol combinándose con el rojo del cielo. — ¿El rojo se va a mantener?
— Según Lucifer, tendremos que acostumbrarnos al ver al cielo de ese color —dijo Josh.
— ¿Cómo esta Lissandra? —preguntó Iván.
— Mejorando —aseguró Dahlia—, aún está cansada.
Un nuevo vórtice se abrió, Lucifer y Natasha habían salido de él, uniéndose con los demás.
— Primera noche, aprobada —comentó Rose a Lucifer como si estuviese informando de una misión militar.
— Yo no diría eso —dijo Lucifer—, si sobrevivimos fue de milagro, hoy es otro día y habiendo más luz somos más vulnerables, hay que tener mucho cuidado con cada paso que damos.
