13.- Apocalipsis

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Desde el oeste, una vista panorámica permitía ver toda la ciudad de Danfield: la playa, las montañas y un hermoso cielo nocturno que poco a poco fue tornándose a un tono carmesí, como si la sangre de cada humano o cada ser sobrenatural hubiese sid...

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Desde el oeste, una vista panorámica permitía ver toda la ciudad de Danfield: la playa, las montañas y un hermoso cielo nocturno que poco a poco fue tornándose a un tono carmesí, como si la sangre de cada humano o cada ser sobrenatural hubiese sido bañada en él. Instantes después, la lluvia también se hizo presente, y daba la impresión, de que aquel color carmesí que adornaba el cielo, se lo podía apreciar a lo largo de todo el globo terráqueo.

— Y se hizo la luz.

Fueron las palabras que se pudieron escuchar antes de que un rayo de luz saliera disparado de la colina ubicada en la montaña del sur de Danfield, y terminara impactando en la barrera de energía divina que los jóvenes habían levantado para tener todo el peligro adentro de la ciudad. La barrera se estremeció, la luz cubrió todo el domo de energía. La cantidad de poder que estaba siendo ejercida provocó que el campo de protección empezara a expulsar rayos de luz por todos lados, toda esa zona del país se iluminó.

En el centro de la ciudad, toda la gente corría en diferentes direcciones, estaban aterrados de ver todo lo que pasaba encima, como si el cielo se cayera sobre ellos acompañados de un sonido insoportable. Pequeñas partes de la barrera comenzaron a caer sobre la ciudad, como si fuesen pequeños trozos de papel quemado.

En la colina, el rey del infierno junto a Zatzelius, Olivier, Savannah, Iris y Katherine, miraba atentamente como la barrera estaba siendo consumida por el poder que salía disparado de su mano, con una sonrisa en sus labios. Katherine miraba asombrada la cantidad de poder que tenía aquel sujeto.

— Vean como cada trozo de esperanza cae encima de ellos, pedazo por pedazo —decía Azazel. Aquel brazalete que poseía en su brazo, comenzó a brillar de manera más intensa. El símbolo del pentecostés; una estrella de seis puntas encerrada en un círculo dorado; era lo que brillaba con más intensidad. El rayo de energía se hizo más grande y potente. Finalmente la recarga de energía que él había disparado impactó contra la barrera, creando una gigantesca explosión de luz que la destruyó totalmente. Al culminar el estallido, pequeños fragmentos de la barrera comenzaron a caer sobre la ciudad como si fuesen pequeños pedazos de papel quemado que aún estaban encendidos.

Azazel bajó su mano para mirar hacia la ciudad una última vez.
— Admírenla, tan grande y tan pequeña a la vez; tan llena de vida, pero sin propósitos para seguir existiendo. Admiren la ciudad mientras pueda... —dio media vuelta para caminar hacia la oscuridad del bosque—... mientras exista —sentenció antes de desaparecer en medio de los árboles del oscuro bosque.

Savannah, Iris y Katherine vieron al rey irse, tenían una extraña sensación acerca de él, pero al mismo tiempo una confianza indescriptible, era como si Azazel fuese un faro para ellas, o al menos para Iris y Savannah. Las tres se acercaron a los dos duques del infierno que se encontraban en el borde de la colina mirando hacia la ciudad que había acabado de ser liberada de aquel domo de energía divina.

Katherine veía como la ciudad era iluminada por pequeños pedazos de papeles que eran nada más que lo poco que quedaba de la barrera y que aún seguía consumiéndose hasta llegar a las calles de Danfield; después miró al cielo el cual seguía rojo.

Danfield Ville 5: Apocalipsis ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora