Temporada 5
La recta final ha llegado, solo quedan dos sellos y para la suerte de los jóvenes nuevas fuerzas se han unido a la pelea, sin embargo tendrán que combatir contra algo que jamas imaginaron.
El Apocalipsis ha llegado, y las esperanzas caen...
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La puerta principal del apartamento se abrió, Koba fue el primero en entrar y comenzar a jugar en el cómodo suelo de madera reluciente.
Julls entró con una maleta mirando su nuevo hogar, un suspiro salió de sus labios mientras cerraba la puerta, viendo los muebles, el televisor, la cocina, y el dormitorio.
- Pudo haber sido peor... -dijo mientras se adentraba al dormitorio para tirarse a la cama, la cual era muy cómoda.
Koba saltó a la cama para acostarse al lado de Julls. - No... ahora no, Koba...
El cachorro comenzó a lamer la cara de la joven antes de que esta se sentara en la cama y lo empezara a abrazar.
- Bien... ahora solo somos tú y yo.
Finalmente lo soltó antes de levantarse para ir a arreglar toda su pieza y decorarla a su gusto.
Compró unos tarros de pintura, comida y tapices. Pintó toda la sala de varios colores que combinaban a la perfección, el techo lo pinto de color blanco. Posteriormente comenzó a decorar su dormitorio con tapiz.
Después de un par de horas, ya estaba listo, ella estaba sudada y embarrada de pintura. - Mucho mejor... -dijo mirando su pieza.
Centro de Danfield.
Rose y Collin se encontraban caminando por la ciudad, ambos sosteniendo un helado.
- Demonios, anticristo, apocalipsis y nosotros aquí... comiendo un helado en vaso con cucharita -habló Rose.
- ¿Qué sigue? ¿Los dioses del olimpo? -preguntó Collin riendo.
- Cállate -le dijo riendo-. Ya es suficiente con todo lo que está pasando.
Ambos llegaron al parque tributo, sentándose en una banca mirando hacia las palomas que se ubicaban encima de la estatua del fundador.
- Según Natasha, si existen -comentó Collin.
Rose tomó un poco de su helado con la cucharita para llevárselo a la boca. - Por eso mismo digo que te calles.
- Como quieras, dudo que a Zeus le importe una ciudad como esta. -Collin lanzó la cucharita a un tacho de basura para tragar todo lo que quedaba de helado.
- Collin, cállate -Rose carcajeó mirando al chico-, que puerco eres...
Collin lanzó el vasito al tacho para después mirar a Rose.
- Listo.
Ella no paraba de reír al ver la boca del chico embarrada de helado. - En serio pareces un niño pequeño -le sonrió terminando su helado para tomar una servilleta de su bolso-. Deja... te ayudo -tiernamente se acercó a él para limpiar el helado de los labios del chico.
Collin la miraba a los ojos con una ligera sonrisa.
- Ya está -Rose le sonrió alejando la servilleta de él.
