»A pesar de todo me volvería a casar contigo«

Capítulo 8>>¿Sentimientos o alteraciones?

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Cuando Naruto despertó descubrió que no había dormido mucho, el sol ya comenzaba a asomarse pero los rayos aún eran demasiado débiles, calculaba las cinco de la mañana. También descubrió que su esposa estaba despierta. Aún la tenía abrazada y ella se removió un poco al sentirlo moverse.

—No me digas que no has dormido nada.

—En realidad sólo ha pasado una hora desde... — Murmuró Hinata y no pudo terminar.

—Se llama hacer el amor. — Terminó Naruto. Ella no respondió. — Será mejor que descanses.

El rubio volvió a acomodarse y sin soltarla cerró los ojos, quería dormir.

—¿Naruto?

—¿Qué?

—¿Tienes que sonar tan resignado cada vez que me hablas? — Preguntó la joven en tono lastimero.

—Dime qué ocurre. — Susurró el Uzumaki con voz ronca por el sueño.

—Olvidé lo que quería decirte.

Naruto rodó los ojos y pensó que esa mujer quería volverlo loco.

—Entonces duérmete.

Ambos se quedaron quietos, entonces la suave voz de la joven se escuchó de nuevo.

—¿Naruto? — Él le contestó con una gruñido. — No estás siendo gentil.

—Tú estás siendo caprichosa.

—¡No es verdad! — Replicó ella.

—Hinata.

—¿Qué?

—No me grites.

Él volvió a cerrar los ojos y justo cuando pensó que su esposa se había dormido, ella volvió a susurrar su nombre.

—¿Y ahora qué? — Inquirió ya fastidiado.

—Por favor no me hables en ese tono. — Pidió la joven. Naruto contó hasta diez.

—Perdona, ¿Ahora sí me vas a decir qué pasa?

—Ya te habías acostado con otras mujeres, ¿verdad?

—¿Porqué quieres saber?

—Sólo quiero saber.

Naruto la apretó contra sí y después de ahondar un suspiro le contestó.

—Sí.

Hinata se obligó a no entristecerse, después de todo había sido antes de ella, aunque nada le garantizaba que hubiera sido antes de casarse. Aún así no quiso pensar en eso, lo que quería era que la besara. Y se lo dijo.

—No. — Fue la respuesta de Naruto.

—¿Porqué?

—Porque si te beso te volveré a desear, y no vas a aguantar una segunda ronda. — Le explicó.

—¿Qué te hace pensar que no aguantaré? — Hinata frunció el entrecejo.

—Eres delicada.

—No lo soy.

—Sí, lo eres. ¿Quieres dormirte ya?

—Bésame.

Naruto supo que no lo iba a dejar en paz hasta obtener lo que quería, así que le giró el rostro y le dió un beso. Le gustó, quería volver a hacerlo. Volvió a apoderarse de su boca y ya no pudo detenerse. Tal y como dijo deseaba nuevamente a su esposa.