♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪
La Hokage estaba mandando a su propio equipo de apoyo para su nieto, así que en la entrada de Konoha, a punto de partir, se encontraban Naruto, Hinata, Sai, Sasuke, Neji, Shikamaru y Sakura. Les había tomado una hora organizarse, y el rubio no podía perder más tiempo. Miró a su esposa, su rostro mostraba desolación y una terrible preocupación, los ninjas no podían mezclar las misiones con los motivos personales pero esto era personal y Hinata no iba a quedarse al margen, no cuando su hijo y su hermana estaban en peligro.
—Cualquier problema que surja sólo manden un mensaje y estaré enviando refuerzos. — Aseguró Tsunade.
Naruto asintió en agradecimiento y le dio una señal a Sai para que creara las aves en las que viajarían, mientras Hinata le daba un rápido abrazo a su padre prometiendo traer a su hermana y su pequeño de vuelta.
Se subió en el ave donde su esposo ya la esperaba, y el equipo partió en busca de Boruto y Hanabi. El cielo aún estaba oscuro, pues no había pasado si quiera la media noche. Naruto buscó la mano de su esposa y le dio un apretón en solidaridad, ella le dirigió una pequeña sonrisa, luego volvió su atención con el Byakugan activado hacia el camino por si encontraba alguna anomalía.
Pese a que habían anunciado en las noticias que la primera nevada sería por la mañana, la nieve había comenzado a caer esa noche, por lo que ya había una delgada capa, aunque sin ninguna huella para seguir. Naruto no podía concebir cómo habían logrado llegar hasta su hijo y su cuñada, el complejo Hyuga era de los recintos más protegidos, y según los reportes de los portadores del Byakugan, nadie notó algo extraño ni el momento del secuestro, sin olvidar la barrera que rodeaba Konoha que podía detectar los chakra que entraban. Además estaba el hecho de que habían noqueado a Kotomi, siendo ella una capacitada Jōnin le habían drenado el chakra. Todo fue tan misterioso, si no fuera porque estaban fuera, ellos no sabrían nada aún.
—¡Encontré algo!
—¡Ahí hay algo!
Neji y Hinata hablaron casi al mismo tiempo, y las aves de Sai se dirigieron hacia donde los hermanos señalaban. Bajaron para examinar el suelo, Hinata rebuscó entre la nieve y encontró el kunai de Hanabi el cual había personalizado con una muñeca. A unos metros, Neji recogió el oso de peluche que él mismo le había regalado a su pequeño sobrino.
—Eso quiere decir que vamos en la dirección correcta. — Dijo Shikamaru.
—Sigamos buscando. — Secundó Sasuke.
El equipo asintió de acuerdo y volvieron a montarse en las aves de tinta. Cerca de una hora después, los Hyuga divisaron a unos kilómetros un manantial que resplandecía, cosa que le pareció extraño a todos, así que fueron hacia allá. Sai deshizo el jutsu de las aves y entraron en algo que parecía una especie de cueva o caverna.
—¿Qué pueden ver con el Byakugan? — Preguntó el Nara.
—Casi nada. — Respondió Hinata.
—La visión se distorsiona. — Dijo Neji.
Sasuke activó sus dos poderes oculares pero tampoco logró gran cosa.
—Solo puedo observar algo de chakra ahí abajo. — Informó.
—Tendremos que bajar a ver. — Decidió Naruto.
—Miren, el agua no moja, que extraño. — Habló Sakura de cuclillas en la orilla, el agua que había atrapado con la mano se secó en su palma en un instante.
El equipo se hundió en aquel extraño manantial, la vista por dentro era verdosa pero un poco cristalina, con raras burbujas gigantes. Ninguno se dio cuenta en qué momento se iban perdiendo hasta que Naruto abrió los ojos y se encontraba en su mansión en Uzushiogakure. Más concretamente en el jardín, él mismo y Hinata estaban sentados en el pasto, recordaba perfectamente esa noche.
ESTÁS LEYENDO
»A pesar de todo me volvería a casar contigo«
RomantizmNaruto Uzumaki, heredero y futuro líder del clan Uzumaki, debe encontrar una esposa. Su tío abuelo Ashina le ha dado dos opciones: Escoger la mujer que quiera en dos semanas, o casarse con la que el consejo le elija a finales del mes. El tiempo apre...