Capítulo 4>>Felíz cumpleaños Naruto

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Los empleados de la mansión Uzumaki iban de aquí para allá, había un revuelo por todo, incluso en la aldea. Era el cumpleaños número 21 de Naruto Uzumaki, y también el día que se declararía líder oficial del clan.

La celebración era grande, no sólo estaba el clan completo, los más importantes de Konoha habían sido invitados, así como otros clanes con los que tenían treguas. La quinta Hokage llegó antes de tiempo junto a Kakashi Hatake, ninguno de los dos quería creer que el pequeño Naruto al que ambos cuidaron ya era todo un adulto con deberes mayores. Se sentían viejos, en especial Tsunade.

—¡Feliz cumpleaños, cariño! — Exclamó la quinta entrando a la habitación de su nieto con dos cajas adornadas en sus manos.

—Gracias, abuela. — Dijo Naruto sonriente. La mujer abrazo al menor y le dió los regalos. — ¿Porqué dos? — Preguntó extrañado y curioso.

—Uno es de mi parte, el otro de parte de tu madre. — Explicó su abuela con los ojos empañados.

Naruto abrió los ojos con sorpresa, y Tsunade le señaló cuál era la caja de Kushina. El joven se sentó en el borde de la cama y la abrió. En su interior había una bufanda verde con rayas blancas, bastante suave y cuidadosamente tejida, y una carta. El rubio desdobló la hoja y leyó en su mente:

Naruto, feliz cumpleaños hijo. Éste es mi regalo para cuando crezcas, Minato dice que es tonto hacer ésto cuando aún no has ni nacido, pero estoy tan emocionada que he tejido ésta bufanda con todo mi amor. Sé que serás una gran persona, y un gran líder para nuestra gente, además de un ninja extraordinario, después de todo eres hijo del Relámpago amarillo y también mío.

                           Con amor, mamá.

Naruto sonrió con las mejillas bañadas en lágrimas, y miró a su abuela.

—Decidí dártela en éste cumpleaños, después de todo la bufanda es para un Naruto adulto. — Habló Tsunade.

—Significa mucho para mí. — Dijo el joven recordando cuando cumplió 17 años y su padre estuvo ahí. Ese también había sido un gran regalo.

—Bueno, abre el mío. — Lo alentó la mujer.

El rubio se secó las lágrimas y abrió la pequeña cajita de color plata. Descubrió un collar de cristal, como el del primer Hokage, el que había roto en la invasión de los Akatsuki a Konoha. Aunque éste era blanco y no verde agua.

—¿Es de chakra? — Preguntó.

—Sí, lo hice yo. Pensé en ponerle mis poderes regenerativos de mi Byakugo no In, pero con el Kyuubi tienes más que suficiente. — Explicó orgullosa.

—Te prometo que no romperé éste. — Dijo Naruto entre contento y apenado.

—Puedes hacer con el lo que quieras menos romperlo. — Advirtió la Hokage.

El chico sonrió y se colocó el collar, maldijo internamente que el día era cálido y no podía usar la bufanda.

Una hora más tarde, estaba listo para bajar al banquete, con un traje negro con naranja para la ocasión. En Konoha usaba la banda de la hoja y en Uzu la del remolino, pero esa vez no se puso ninguna, en especial porque ya no era necesario, así que algunos mechones de cabello cayeron sobre su frente, e intentó peinarlos sin éxito.

Miró el reloj de pared y vió que ya eran las cuatro de la tarde, por lo que salió de su habitación, hacia la puerta de al lado. Tenía que llegar con ella al salón de banquetes. Tocó un par de veces la puerta, y Kurenai Yuhi con un vestido elegante le abrió.

»A pesar de todo me volvería a casar contigo«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora