Capítulo 3>>Nueva vida

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No supo en qué momento se quedó dormida, y ahora el sol asomaba por su ventana con una luminosidad increíble, alguien estaba corriendo las cortinas.

—¡Buenos días, dormilona!

Hinata abrió los ojos y pudo visualizar a Karin con los brazos en jarras frente a la cama.

—Buenos días... — Respondió casi como un susurro. Le desconcertaba que esa chica la tratara con tanta soltura y familiaridad, como si se conocieran de mucho tiempo.

—Hoy te mostraré la aldea y tomaremos el té con Honoka. — Informó con alegría la pelirroja.

Observó que Karin terminaba de acomodar las cortinas. Dudó un momento pero al final decidió preguntar lo que quería.

—¿Y... y Naruto?

La sonrisa de la chica titubeó, pero luego se recompuso y se dirigió a la maletas de Hinata.

—Se ha ido a un viaje muy temprano, creo... creo que regresará mañana por la mañana.

Hinata frunció el entrecejo. ¿Apenas se casaban y ya la abandonaba? Así no era como se había imaginado las cosas. Al menos creía que podrían llevarse bien a pesar de haberse casado en esas circunstancias.

—Él a veces tiene que salir de improviso. — Dijo Karin como si le leyera el pensamiento. — Cuando se convierta en el líder del clan tendrá más trabajo.

—Entiendo. — Contestó la pelinegra componiendo una sonrisa.

—Bien, Hinata. Levántate de esa cama, que tenemos más trabajo de lo esperado.

—¿Porqué?

La pelirroja volcó ambas maletas ante la mirada atónita de Hinata.

—¿Qué es todo ésto? Aquí los kimonos los usamos para reuniones o fiestas formales. Puede que seamos un clan tradicional pero no nos quedamos en el pasado. Necesitamos cambiar urgentemente tu guardarropa.

Hinata sonrió apenada, en realidad había sido Natsu quien alistó sus maletas, ella no usaba muchos kimonos, aunque sí ropa de tamaño cómodo.

Luego de vestirse, Karin la acompañó a desayunar. Se veía solitario, y la pelirroja le explicó que no todos comían a la misma hora, sólo en la cena. Un momento después de que el servicio les llevara el desayuno, una mujer igualmente pelirroja, de facciones finas y ojos color negro se les unió.

—Hinata, ella es Honoka. — Presentó Karin.

La recién llegada sonrió, se veía que tenía una actitud amable.

—Es un placer conocerla. — Dijo Hinata.

—El placer es mío. Siempre supe que mi primo Naruto tenía buen gusto. — Hasta su voz era agradable y el comentario hizo que la pelinegra se sonrojara.

—Yo pensé lo mismo. — Inquirió Karin.

—Espero que te sientas a gusto aquí, y si te puedo ayudar en algo sólo tienes que pedírmelo. — Prosiguió Honoka.

—Gracias. — Respondió Hinata sinceramente.

—Tengo que irme al hospital, le he dicho a Karin que las espero para el té de la tarde, ¿Cuento con ustedes?

—Por supuesto.

—¡Nos vemos en un rato, Honoka! — Gritó Karin mientras la mencionada salía de la estancia.

La pelinegra supo por boca de Karin que Honoka tenía 24 años, y estaba comprometida con alguien del clan, y también que cuando era más joven era un poco tímida. A Hinata le resultó agradable, incluso su recibimiento, y estaba comenzado a pensar que tal vez el único que no se alegraba de que ella estuviera en esa mansión era su propio esposo.

»A pesar de todo me volvería a casar contigo«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora