Capítulo 16>>Lo juro por mi vida

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Hinata no pudo contener las lágrimas cuando vio en aquella enorme cama a su hijo y a su hermana. Parecían dormidos, Toneri le dijo que así los había mantenido desde que llegaron. Ahora sólo necesitaba sacarlos de allí, pero eso no podía ocurrir sin haber recuperado los ojos de Hanabi. Ese estúpido peliblanco los tenía en su poder.

Estrechó en sus brazos al pequeño rubio. Hinata estaba segura de que Naruto no se quedaría de brazos cruzados, él iría, y ella lo estaría esperando.

En el momento en que su esposo por fin le había dicho lo que tanto había anhelado, se sintió desfallecer. ¿Cómo podía llevar a cabo su plan cuando él le confesaba que la amaba? Pero no había marcha atrás, había tomado una decisión, debía rescatar a su hijo y a su hermana, y confiaba en Naruto.

Alguien tocó la puerta, el Otsutsuki le anunció la cena, no tenía más remedio que seguirlo si quería sacarle información y ventaja.

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El sonido de las explosiones resonaban en el aire, si algún ataque le daba a las aves de Sai, estarían en graves problemas. El grupo de ninjas tuvo que sacar toda su habilidad de evasión para seguir adelante.

—¡La entrada está allí! — Gritó Sasuke divisando una abertura en la barrera.

Shikamaru usó su jutsu de posesión de sombras para obligar a un enemigo a que les diera paso. Todos lograron entrar al extraño plano donde residía Toneri Otsutsuki, y miles de marionetas los atacaban sin parar.

Naruto mantuvo activado el modo sabio para rastrear el chakra de su esposa y su cuñada, se sorprendió cuando incluso logró sentir un pequeño resplandor proveniente de Boruto, pero no pudo detenerse a pensar mucho en eso, Hinata se encontraba separada de los otros dos, quería llegar con su hijo, pero sentía el chakra de su esposa extraño, por lo que miró a la persona que podía confiarle a Boruto.

—Neji...

—Ya los vi, no te preocupes. — Dijo el Hyuga con su dojutsu activado al tiempo que tomaba camino hacia la torre donde estaban Hanabi y el pequeño.

—¡Voy contigo! — Gritaron Sasuke y Sakura al unísono mientras corrían detrás del portador del Byakugan.

—Sai y yo nos encargaremos aquí, date prisa, Naruto. — Apremió Shikamaru.

El rubio corrió lo más rápido que pudo derribando cada marioneta que se le interponía, llegó hasta una gran habitación la cual tenía al final una extraña puerta, y Toneri estaba haciendo que Hinata entrara en ella. Su esposa vestía de negro, parecían estar en una ceremonia, Naruto temió haber llegado tarde, no podía dejar que se la arrebataran, era de él y de nadie más.

—¡Hinata! — Vociferó con todas sus fuerzas, pero ella no volteó. — ¿Qué le hiciste a Hinata? ¡Devuélvemela!

—Está bien, te la devuelvo. — Contestó el peliblanco y entonces la mujer comenzó a atacarlo.

Ella tenía los ojos perdidos, como en una especie de trance, Naruto sólo se limitaba a esquivar sus golpes.

—Hinata, detente.

—¿Qué te parece la destreza de mi esposa? — Preguntó el Otsutsuki.

—Ella es mi esposa. — Recalcó el Uzumaki. Miró a la pelinegra y acto seguido la inmovilizó, rodeó su brazo de chakra y lo adentró en el pecho de Hinata para sacarla del control de Toneri.

»A pesar de todo me volvería a casar contigo«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora