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El reloj sobre su buró rugía incesantemente mientras Jennie Kim ni siquiera estaba en su habitación, o en su casa, por lo menos.

Eran las seis de la mañana, una computadora enorme (y costosa, de seguro) le estaba iluminando hermosamente el rostro mientras la oscuridad de su oficina hacía contraste con esta, los clicks continuos del mouse y sus ojos vagando de aquí para allá cansados acomodaban algunas cosas en el archivo que tenía abierto, amaba su trabajo pero le consumía en sobremanera.

Las luces se encendieron abruptamente, la morena se exaltó repentinamente mientras unos conocidos y apresurados pasos se acercaban a su oficina, miró la puerta y luego regresó la vista a la pantalla al oír tres golpes tímidos.

"Puedes pasar" Dijo, su voz era femenina, algo grave pero autoritaria, haciendo contraste con sus finas facciones, ojos rasgados, labios curvados ligeramente hacia abajo, y mejillas regordetas que apretaban sus ojos cuando sonreía, lo contrario del estereotipo de jefa que la mayoría de sus empleados tenía de ella.

"Buenos días señorita Kim" Su secretaria le dedicó una reverencia y ocupó su lugar en una oficina más pequeña del otro lado de la habitación, a través de una fina pared, dejando la puerta abierta como acostumbraba.

"Deja las formalidades Roseanne, mejor tráeme un café" Le ordenó y finalmente cerró todas las ventanas abiertas de su computador, se relajó y lanzó su cuerpo hacia atrás, apretando sus ojos.

"Llegó temprano hoy, ni siquiera estaba el conserje cuando entré" Le dijo de repente la rubia.

"Nah, llevó aquí desde ayer, justo me enteré de que Irene y Seulgi se van juntas, ya tengo con que molestarles" Bromeó la castaña, ganándose una risa de su secretaria.

"Viéndolo así, creo que sería mejor que se fuera a descansar por hoy, no hay mucho que hacer, un café solo le hará más daño" Sugirió Roseanne justo antes de salir, quedándose en la puerta.

La castaña suspiró en respuesta, tenía razón, esto de quedarse en la oficina cinco de cada siete días sin dormir le empezaba a pagar factura.

"Si le tranquiliza más, podría encargarme de cambiar algunas cosas para mañana, no se acumularán, Im y Minatozaki ya se han encargado de las ventas de este mes, Bae se encargará de las juntas de hoy si le parece, y si necesita saber algo puede llamarme, tendría tres días libres para descansar".

Jennie amaba a su nueva secretaria, y ahora más.

"Recuérdame aumentarte el suelo cuando regrese, Gracias Roseanne".

Tomó su blazer negro, salió y se le adelantó a la rubia dejándola con una pequeña sonrisa, su jefa era genial.










Espero (Si es que llego a ser leída ofc) les haya gustado tanto como me gustó escribirlo.
Portada temporal en lo que encuentro otra foto, otra font y mis habilidades viejas de edición ajagsd.

Paris | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora